El Nilo era la columna vertebral del Antiguo Egipto, una civilización en la que la agricultura, la ganadería y la religión eran la base de todo. Para el doctor del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, Francisco Martín Valentín, la sociedad egipcia era "eminentemente agrícola"y "todo giraba alrededor de la vida vegetal, que representaba la resurrección".
Para los egipcios, la religión y la agricultura eran una manera de concebir el mundo, dos cuestiones que regían "toda la vida" de esta civilización en la que las expresiones culturales, las pirámides y los templos estaban ligados a recreaciones agrícolas.
Según ha explicado Francisco Martín, en el Antiguo Egipto estaba presnete la "necesidad de plantar para poder tener cosechas y organizar toda la sociedad". Crecieron con el sol y la crecida del Nilo y en torno a estos dos fenómenos organizaron su sociedad y su calendario, "con estaciones muy marcadas de carácter agrícola": el inicio de la crecida, el momento de labrar y sembrar, y la estación de la recogida.
Además, según ha argumentado el doctor del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, había una gran vinculación entre el culto divino y las cosechas "para poder asegurarse que la civilización egipcia perdurase". Osiris, vinculado a las crecidas del Nilo, era "el dios fundamental", por lo que fue muy venerado por toda la sociedad egipcia.