“Me ha estremecido sentirme aludido por un monstruo de estas características”. Con estas palabras respondía Gustavo Arístegui a la primera pregunta de Begoña Gómez en Herrera en la Onda: “¿Qué sensación le ha producido ver su nombre en el manifiesto de Anders Breivik? Arístegui ha querido puntualizar al respecto, que las personas demócratas, ya sean de derechas , centro o izquierdas, comparten algo esencial “que es la defensa a ultranza de los derechos y libertades fundamentales”. Tras lo sucedido en Noruega, el entrevistado ha insistido en que “debemos reflexionar sobre los males de fondo de la sociedad europea”.
Sobre las medidas para combatir la extrema derecha, Arístegui ha insistido en que hay varios colectivos de fácil identificación; “son los nazis, los fascistas, los movimientos xenófobos y racistas”, sin embargo ha matizado que existen “otros que son mucho más sutiles, que aparentemente aceptan el sistema democrático”. “Tan terrorista es Breivik como lo era Osama Bin Laden”, ha explicado el portavoz de exteriores del PP, diciendo que ambos son enemigos de la democracia, y que lo que tienen que hacer los demócratas es combatir a los enemigos comunes siempre con la ley en la mano.
En Francia los partidos políticos de ultraderecha tienen un 25% de aceptación tal y como ha anunciado la periodista Begoña Gómez, por esta razón ha planteado la posibilidad del contagio de esta tendencia en España. “Los vacos no nacionalistas y también una parte de ellos no independentistas y no violentos, estamos diciendo desde mucho tiempo que es intolerable que en el País Vasco haya una democracia imperfecta, secuestrada, coaccionada, que está siempre bajo la bota de las balas, las bombas y la amenaza de ETA”, ha contestado Arístegui.
Acerca del movimiento 15 M, el portavoz de exteriores del PP ha matizado que espera que la extrema derecha sea estigmatizada, pero también la extrema izquierda como considera que es el sustrato que subyace en los indignados. Según Arístegui, el movimiento del 15 de mayo es antidemocrático porque no intenta mejorar la democracia sino destruirla. “Señalemos con el dedo también a la extrema izquierda y pidamos a la izquierda democrática que sea tan valiente al denunciar a la extrema izquierda como lo es al denunciar a la extrema derecha, como es el caso de Cuba o de Venezuela, que son también el origen de ese problema”, ha pedido el entrevistado.
Sobre l posibilidad de una convivencia entre grupos minoritarios de derecha españoles tras lo ocurrido en Noruega, Arístegui ha mostrado su deseo de que no suceda, pero lamenta que la red del extremismo esté conectada en la actualidad. Aún así ha elogiado la actitud en la lucha antiterrorista que se ha desarrollado en España, diciendo que “un país como el nuestro, que tiene una larguísima experiencia en la lucha democrática contra el terrorismo, ampliando la pena de terroristas hasta cuarenta años, tendría que tener un reflejo en los países que están empezando a tener problemas parecidos”