Fósforos I Herrera en la Onda

Fósforos: Fiesta sorpresa

Los fósforos nos cuentan cómo han organizado las fiestas sorpresas de amigos o familiares o si han sido los sorprendidos, si se lo esperaban o los pillaron antes de la fiesta.

ondacero.es

madrid | 15.06.2011 16:07

¿Te han hecho alguna vez una fiesta sorpresa? O ¿Has organizado alguna para alguien? No cabe duda que, en una fiesta sorpresa, se está haciendo algo especial por una persona. Suele tratarse de un momento emotivo, donde el sorprendido se encuentra en una situación que normalmente no esperaba vivir. Sin embargo, no siempre una fiesta sorpresa sale como se espera. Puedes encontrarte con gente que está invitada y que no te gustaría ver. También puedes encontrarte con que el sorprendido, en verdad ya lo sabe, y tiene que disimular para hacer creer a la gente que todo está saliendo bien. Esto y otros muchos casos suelen ocurrir cuando se hacen este tipo de fiestas, pero cuando una sale bien, suele convertirse en un gran recuerdo para el sorprendido.

Estas son algunas de las historias que nos han contado los oyentes.

Hace un par de años le preparé una fiesta a dos de mis hermanas. Fuimos a  la Casa del Miedo de un pueblo de Toledo. Al final, una de mis hermanas acabó vomitando en una habitación maldiciéndome sin parar.

Rosario nos cuenta que en la graduación del curso de su hija le dice que “venga arreglada pero informal. Yo lo que pensaba era que mi hija quiere darme una sorpresa. (no sabía que se graduaba). Me levanté temprano hizo un bizcocho y me arreglé. Quedé con ella y era su graduación”.

María nos cuenta que es fan de las fiestas sorpresas. Le gusta la fiesta sorpresas. “Mi marido me organizó una porqué estaba mala con un cáncer” y se deprimió y recluyó en casa. Así que su marido le organizó una fiesta para animarla. Ella se metió en una habitación y no quería salir, se tomó un valium para poder salir y celebrarla.

José Luis explica que tenía un bar que lo regentaba una persona con la que no se llevaban muy bien. El día de su cumpleaños no quería salir y tenía una amigo que le insistía para salir y él se resistía. Lo llevó a su bar sin él tener ganas y enfadado con el amigo. El bar apagado y él rabioso y al abrir la puerta del bar 70 personas le gritaron “¡felicidades!”