María Estévez explica que la protagonista y mujer que retrata en el libro, Pastora Imperio, ‘enamoraba desde el escenario, lo que abalaban los escritores de la época’; una mujer que triunfó desde el primer momento en que bailó en el escenario con doce años. Años más tarde se casó con Rafael El Gallo, torero, un matrimonio que duró un año debido a que ‘ella era una mujer independiente y él no lo entendía’.
El romance de esta pareja llenaba las portadas de los periódicos de mañana y tarde, algo que Pastora aprovechó para contar con sus movimientos en el escenario. Fernando de Borbón fue el siguiente amante de la bailadora, con el que tuvo una hija, que tuvo que llevar en secreto ya que seguía casada con el torero; para paliar con esto se marchó a Argentina.