Carmen Cordón: "Estoy convencida de que cuando pagamos el rescate mi padre ya estaba muerto"

Carmen Cordón, periodista e hija del empresario secuestrado en 1995 Publio Cordón, ha presentado a los oyentes de Herrera en la onda su libro "La historia de un secuestro" y contado los detalles de cómo vivió los días del secuestro de su padre que todavía no se ha aclarado.

ondacero.es

| 03.05.2011 03:36

Carmen Cordón, hija de Publio Cordón
Carmen Cordón, hija de Publio Cordón | ondacero

Carmen Cordón ha dicho en Herrera en la onda estar segura de que “por la personalidad de mi padre, y conociéndole como le conocía, seguro que él intentaría escapar en varias ocasiones”. “Mi padre es una persona emprendedora, luchadora, acostumbrado a sacarse las castañas del fuego... Entonces yo siempre he pensado que mi padre intentase escapar o solucionar esa situación por su cuenta, de alguna manera”.

Cordón ha descrito el perfil de los terroristas que secuestraron a su padre: “Fernando Silva Sande es un terrorista con un perfil peligrosísimo. Un psicópata, al que tiene miedo la propia policía. Cuando ha asaltado furgones blindados y se ha llevado las bolsas de dinero, no ha tenido escrúpulos en pisotear el cadáver de sus compañeros de lucha.”

Respecto a las circunstancias concretas de su secuestro, a finales de junio de 1995, Carmen Cordón ha señalado que “nosotros cumplimos las instrucciones, pagamos por el rescate, pero nunca lo soltaron”. “Cuando mi marido le preguntó en París a uno de los secuestradores si ahora iban a liberar a Publio, le contestó que primero iban a hacer contabilidad y, si todo estaba bien, en una semana o diez días Publio estará libre.  Eso fue lo último que dijeron. Yo estoy convencida de que entonces mi padre ya estaba muerto. Nos estaban estafando, con toda seguridad. Si Fernando Silva Sande no estaba custodiando a mi padre, puesto que vino a recoger el dinero, eso quiere decir que no había padre al que custodiar”.

Pese a ello, la familia siguió confiando durante  mucho tiempo en que siguiera vivo. “Te agarras a un clavo ardiendo. Cualquier pequeño rumor en el que te puedas sujetar, hasta las hipótesis más peregrinas, te sirven para creer que sigue vivo y que tal vez lo puedas salvar. Aunque en el fondo del corazón tienes esa duda de que aquí algo malo ha pasado, durante mucho tiempo hemos seguido dándole vueltas, intentando buscar otras explicaciones al asunto”.

A la pregunta de qué razones le han llevado a escribir la historia del secuestro de su padre, Carmen Cordón ha dicho que: “tenía verdadera necesidad de contarle a todo el mundo lo que había pasado en mi casa y dejar de oír mentiras”.