Respecto al cerebro, nos cuenta que no lo sabe todo acerca de él; ‘el cerebro hay que ejercitarlo, de lo contrario nos someteremos a una herramienta inútil’. Explica que el cerebro está en constante evolución, aunque más cuando se es joven. En tiempos de crisis el cerebro es buen amigo, ‘te permite acercarte a emociones que antes eran desconocidas’. Explica que, durante décadas, ha habido una parte del cerebro que no se había estudiado: el cerebro emocional, ‘le corresponde a esta y a las próximas décadas el investigarlo’. Cuenta que, cuanto más esté una persona en contacto con una actividad intelectual, la gimnasia intelectual hace que el deterioro sea menor.
‘Crearemos gente más capaz y más dotada’, pero cree que el concepto de superdotado no se ha llevado por un buen camino en los últimos años. ‘Tiene que haber aptitud y actitud, en los test para superdotados no se analizan las dos cualidades’.
Habla sobre el caso de Galiardo, fallecido recientemente, y al que trató como paciente y como amigo. ‘Era un hombre excesivo, ante la muerte tuvo tranquilidad, con una capacidad y un ánimo ejemplares’. Concluye diciendo que ‘su entrada hacia la muerte fue de un hombre extraordinario’.