"La ausencia de China en el G8 resta importancia a la reunión"

Florentino Portero, profesor de Historia Contemporánea de la UNED, ha pasado por Herrera en la Onda para analizar la significación que tiene la ausencia de China en la reunión del G-8. Además, explica la situación de España respecto a las últimas cifras del paro.

ondacero.es

| 03.05.2011 03:41

En cuanto a la propuesta de reducción de emisiones de CO2 y de la lucha contra el cambio climático, Florentino Portero piensa que “son temas muy complicados de los que no tenemos una base científica para, por ejemplo, saber cómo va a evolucionar el clima”.
Según el profesor, “los europeos hemos creado una caricatura de Obama pensando que es la bondad y que va a resolver todo. Pero en realidad es un político norteamericano que tiene que dar respuesta a los problemas de su país.

Los últimos estudios informan de que, pese a que la economía española se contrae bastante menos que otras, como la alemana, España genera el doble de paro. Florentino Portero señala que, de continuar con esta situación, la inestabilidad social puede agravarse. Esto se da en este país y no en otros porque “España tiene una tasa de paro de casi un 20%, unos cinco millones de personas, y una gran parte de los empleados son funcionarios. Esta situación no puede prolongarse mucho más tiempo. Las arcas del Estado no pueden dar protección a tanta gente si no se está generando riqueza”.
La tasa de paro que presenta España es de las más altas de toda Europa. El profesor cree que “deben tomarse medidas para que la situación de España deje de ser excepcional. Es paradójico que un gobierno de izquierdas sea tan poco sensible a este problema”.

Florentino Portero analiza también la situación que vive China con las protestas de los uigures y la tremenda respuesta de las fuerzas del orden. La respuesta de la comunidad internacional no ha sido la misma para este caso que para la situación en Honduras, donde los países occidentales sí se han posicionado en contra del golpista. Florentino Portero ha dicho que “así ha funcionado siempre el mundo. Las relaciones internacionales no han sido nunca un ejemplo de conciencia moral, sino de defensa de propios intereses”.