Estamos en la antesala de los Oscars, con la prensa estadounidense ya deshaciéndose en quinielas y efemérides, entre ellas una muy especial: hace 50 años llegaron a las pantallas películas tan importantes para la historia del cine como Tiburón, Barry Lyndon, Alguien voló sobre el nido del cuco y El hombre que pudo reinar. Dirigida por John Huston y protagonizada por Sean Connery y Michael Caine, El hombre que pudo reinarno solo es un clásico del cine, también es un clásico para los enamorados de los mapas. Seguro que más de uno ha buscado en un atlas el Kafiristán, la tierra de los infieles, situada a los pies del Hindu Kush, donde, según la historia de Rudyard Kipling, no había entrado ningún extranjero desde la llegada de Alejandro Magno.
Los paisajes de esta película que recrean el Kafiristán se rodaron en Marruecos, en el tramo del Atlas que cruza la carretera que une Marrakech, donde se instaló el equipo de rodaje, con Ourzazate. El paso Khyber, entre Afganistán y Pakistán, fue filmado en las gargantas del río Todra, uno de los cañones rocosos más profundos y espectaculares del mundo, un desfiladero encajonado entre rocas de 100 metros de altura. Un territorio seductor para el cine, pero también para cualquier viajero, tanto la carretera que cruza el Atlas como la ruta de las kasbahs, las ciudadelas fortificadas del Valle del Dra, el Valle del Dades y el camino desde Ourzazate a Merzouga y a las puertas del desierto. Viajar por este territorio permite sumergirse en los paisajes de El hombre que pudo reinar y de muchas otras grandes películas, como Lawrence de Arabia, La joya del Nilo, El reino de los cielos o Gladiator.

Memorias de África y el turismo que dejó su huella
Dejamos el Kafiristán y viajamos hacia otra ruta cinematográfica basada en la efeméride de los 40 años de dos grandes películas que han influido en los viajes, pero por diferentes motivos. La primera es Memorias de África. Todavía las imágenes de esta película, su belleza y su banda sonora, invitan a soñar con Kenia y con la sabana africana. Fue rodada en la casa de la autora del relato en el que se basa la película, Karen Blixen, en las colinas del Ngong, a las afueras de Nairobi, y en el parque nacional de Shaba, un parque cercano a la reserva de Samburu, al noreste de Kenia. La famosa escena de la avioneta, el vuelo de Robert Redford y Meryl Streep, se rodó en los cielos de otro parque, el Masái Mara. Memorias de África sigue llevando viajeros a Kenia, aunque el país ya recibía turistas antes de la película.
El caso de Único testigoes completamente diferente. Estrenada en el mismo año, esta película llevó turistas a un lugar donde no los había, e incluso donde inicialmente los rechazaban. La historia de un niño de la comunidad amish que, por casualidad, es el único testigo de un asesinato, y de un policía de Filadelfia, interpretado por Harrison Ford, que debe protegerle a él y a su madre, fue rodada en el condado de Lancaster, en Pensilvania. La película se filmó en pueblos donde vive la comunidad amish, como Intercourse, Strasbourg, Parkesburg y la ciudad de Lancaster. Poco después de su estreno, el Comité Nacional de los Amish convocó un boicot a la película, pues consideraron que la representación de su comunidad no era exacta, y también porque comenzaron a sufrir una invasión de turistas que alteraba enormemente su modo de vida. Estos Amish, que viven sin electricidad, ni teléfonos móviles, ni automóviles, dedicados a la agricultura y ganadería con técnicas tradicionales, no estaban acostumbrados al turismo masivo. El gobernador de Pensilvania prohibió más rodajes en tierras amish, pero con el tiempo se permitió el turismo, organizándose visitas que la comunidad hoy agradece.

Visitas a la comunidad amish
El condado de Lancaster, la ciudad de Lancaster y los pueblos mencionados, además de otro con uno de los nombres más curiosos de la geografía estadounidense, Bird in a Hand (Pájaro en mano), se encuentran al oeste de Filadelfia, a poco más de una hora en coche desde la ciudad y a menos de tres horas desde Nueva York. Las visitas pueden organizarse a través de empresas locales, gestionadas por personas no amish, que ofrecen excursiones en coche de caballos, como el buggie que aparece en la película. Durante estas excursiones, los viajeros pueden recorrer un paisaje de molinos de viento, graneros pintados de rojo, ropa tendida al sol, gallinas, vacas, escuelas de una sola aula, herrerías y tiendas de artesanía. También pueden encontrar dulces y recuerdos, además de un tren antiguo en la estación de Strasbourg que recorre parte del territorio. Algunos recuerdos intactos de la película, como la cabina donde Harrison Ford llama a la policía de Filadelfia, todavía se pueden ver en el lugar. Los Amish del condado de Lancaster son el asentamiento Amish más antiguo de Estados Unidos, con un origen que data del siglo XVIII. Hoy en día, la comunidad amish de Lancaster, conocida como los Amish del Antiguo Orden, sigue siendo la más estricta en cuanto a su rechazo a los vehículos de motor, teléfonos y líneas eléctricas. Visitarla es como retroceder en el tiempo, viajando a una comunidad que conserva tradiciones de hace siglos.