Desiertos milenarios

Namibia: un destino africano lleno de paisajes impresionantes y experiencias únicas

La llegada del invierno esta semana al hemisferio sur, marca el comienzo de la temporada alta turística en Namibia, entre otros países.

Mariano López

Madrid |

Namibia. Es uno de los países más singulares del continente africano. Ocupa más de 800 000 kilómetros cuadrados, lo que sería la superficie de España y Alemania juntas. Es uno de los países más grandes de África y uno de los menos poblados: tiene menos de 3 millones de habitantes, es el segundo país menos poblado del mundo, detrás de Mongolia. La razón de esta despoblación se encuentra en su geografía: ocupada, en gran parte, por dos desiertos: al este, el Kalahari, y al oeste, el Namib, un desierto sorprendente, porque está pegado a la costa, atrapado entre dos fenómenos que le niegan la lluvia: las montañas del interior, que cortan el paso a las nubes y la corriente Benguela, que fluye por la costa atlántica, enfría el aire y reduce su capacidad para retener humedad. La palabra namib ha dado nombre al país. Significa, en la lengua de los khoikhoi, el lugar donde no hay nada, Pero sí hay, atractivos y visitantes. Viajeros atraídos por las dunas gigantes del Namib, los paisajes intensos, de suelos rojos y cielos muy azules, de este desierto, el más antiguo del mundo. Y por la diversidad del resto del país, que tiene una propuesta de actividades y experiencias extraordinaria que incluye safaris aéreos y encuentros con pueblos ancestrales, como los ovahimba o los san, que viven ahora igual que sus antepasados, hace siglos.

Desierto de Namibia
Desierto de Namibia | Pexels - Dorota Semla - 1929451-8944071

Namibia es un país extenso

De norte a sur, hay más de 1500 kilómetros, de media y de este a oeste cerca de 1000. Así que conviene dedicarle no menos de dos semanas y aún asi seguro que hay lugares, atractivos fantásticos, que se quedan fuera y merecen un segundo viaje. La capital, Windhoek, es el punto de partida de nuestro itinerario. También es el principal aeropuerto de salida de los numerosos taxis aéreos que proponen las empresas de turismo de este país, que se ha distinguido por su oferta de esta forma de turismo: los vuelos panorámicos, el fly in, los safaris aéreos. Desde Windhoek, nuestro primer destino, al este de la capital, sería el desierto del Kalahari. Su nombre significa gran sed. Ocupa 900 000 kilómetros cuadrados del sur de África; en Namibia, unos 150 000. Muy interesante es la posibilidad que ofrecen algunos operadores de caminar por el Kalahari en compañía de los san, bosquimanos. Luego, del Kalahari, regresamos a Windhoek. Para viajar al oeste, a otro desierto, pero muy diferente del Kalahari: el Namib.

El Namib es un desierto enorme que ocupa una franja de tierra junto a la costa de 1600 kilómetros de largo y entre 100 y 200 kilómetros de ancho. Su paisaje más característico lo forman dunas de arena de color casi anaranjado, enormes, algunas alcanzan más de 300 metros de altura. El 35 por ciento de este desierto está formado por dunas, tres veces más de las que hay en el Sahara. La puerta de entrada, desde la capital, es el parque natural de Namib-Naukluf, que acoge dunas gigantes en especial en una zona llamada Sossuvlei, una palabra, mezcla de la lengua khoi y del alemán que significa estrecho o desfiladero. Ahí se encuentran la Duna 45, de 170 metros de altura, formada por arena de unos 5 millones de años. Es la duna más visitada pero no la más alta, porque, en esta misma zona, otra duna, la bautizada como Big Daddy, alcanza los 325 metros de altura. Desde su cumbre, se puede ver un lago seco cercano, que tiene un suelo de arcilla, blanco, poblado por troncos secos con espinas, un paisaje que parece de otro planeta. El acceso a las dunas es libre. Muchos suben hasta la cumbre y algunos bajan luego por la pendiente con tablas de surf. Sossuvlei es el mejor lugar para disfrutar de estas dunas, de este paisaje, que es el icono visual, de Namibia.

Namibia, África
Namibia, África | Pexels - Jessie Crettenden - 2084198-3714902

Seguimos viaje hacia el norte por el Namib y la costa

A unos 350 kilómetros al norte nos esperan dos localidades: Swakopmund y Walvis Bay, la primera en el Namib y la segunda, a solo 30 kilómetros, en la costa. Las dos reúnen la mayor oferta de actividades, de propuestas de aventura, de Namibia. Paseos en quad, por dunas casi tan altas como la Big Daddy, paseos en camello, parapente y paracaidismo en Swakopmund, en el Namib y en la costa, en Walvis Bay, windsurf, esquí acuático, pesca, veleros y cruceros para avistar ballenas, delfines, y las colonias de leones de marinos que pueblan las rocas del litoral. Más al norte, en el territorio denominado Damaraland, se encuentra la mayor galería de arte rupestre al aire libre de mundo: 5000 esculturas y pinturas creadas hace más de 6000 años. Y un poco más al norte, una parte del Namib cuyo nombre atrae a todos los viajeros que buscan aventuras: la Costa de los Esqueletos. Debe su nombre a los restos de ballenas y focas que se han ido alojando en la arena durante siglos. Ocupa unos 500 kilómetros de litoral. Es un paisaje tan salvaje que los san llamaban a este lugar la tierra que Dios creó enfadado. Se pueden ver restos de naufragios. Y animales, oryx, chacales, hienas. Pero para ver fauna salvaje, el mejor lugar, sin duda, de Namibia, es el parque Etosha, a unos 400 kilómetros al este del Namib.

El África salvaje
El África salvaje | Pexels - Jessie Crettenden - 2084198-3714898

Etosha es uno de los parques de vida salvaje más importantes

Ocupa más de 22 000 kilómetros cuadrados que acogen más de 100 especies de mamíferos y 400 de aves. Su paisaje lo definen llanuras salinas, una inmensa planicie con pastos y vegetación de sabana y bosque bajo, y abrevaderos donde ahora, en invierno, la estación seca, es fácil ver leones, elefantes, y, en especial, rinocerontes. Namibia, en general y Etosha, en particular, llevan años desarrollando una política de protección de varias especies amenazadas, en especial la más amenazada en el África austral: el rinoceronte negro. Hay lodges fantásticos y muchas, muchas, posibilidades de ver a los cinco grandes, león, leopardo, elefante, búfalo y rinoceronte, y a especies poco comunes como el impala de cara negra o la grulla del paraíso.