Desde los años 70 del pasado siglo, biólogos, neurólogos, psicólogos clínicos empiezan a imponer la necesidad del estudio de una nueva área científica, la psiconeuroinmunologia. Se trata del estudio de las relaciones íntimas entre la psique y las emociones con el resto de sistemas fisiológicos, como el sistema neuronal, sistema endocrino, el sistema inmune o el sistema muscular. Autores como Pavlov o Robert Arder, han demostrado con estudios clínicos la influencia en actividades corporales por parte de los procesos mentales emocionales.
Para poder hablar con rigor y no de forma especulativa de la psiconeuroinmunologia, debemos hacer referencia a los procesos biológicos que se desarrollan.
El doctor Antonio Fernández Armenteros lo explica con entusiasmo, “el cerebro se encuentra constituido por miles de millones de neuronas. Las neuronas son capaces de comunicarse entre sí a partir de impulsos nerviosos y a partir de neurotrasmisores, que son moléculas biológicas encargadas de mantener la comunicación neuronal. Dentro de los neurotrasmisores tenemos a la serotonina, la adrenalina, el GABA, glutamato o dopamina entre otros y de su equilibrio dependen muchas de las funciones cerebrales, cognitivas y emocionales. La serotonina se encuentra vinculado a la estabilidad emocional, la capacidad de afrontar los problemas y su desequilibrio suele conducir a estados depresivos u obsesivos. La dopamina se encuentra vinculada con la busqueda del placer, y la oxitocina con la sexualidady el vínculo madre-hijo”.
Uno de los grandes avances en el campo de la psiconeuroinmunologia viene de la mano de Cande Pert, doctora en la universidad de Georgetown, la cual realizó más de 250 artículos médicos dedicados al estudio de los neuropeptidos y sus receptores. Los neuropeptidos son pequeñas moléculas proteicas liberadas por las neuronas y otras células corporales, como células del sistema inmune, muscular, digestivo o cutáneas. Estas moléculas poseen funciones físicas pero se ha determinado su estrecho vínculo con las emociones. De esta forma determinadas emociones como el amor, el miedo, el dolor o los impactos emocionales mal gestionados pueden dar lugar a emisión de neuropéptidos que darán lugar a determinadas expresiones corporales.
El doctor Hernández Armenteros matiza que “cuando emitimos estos neuropeptidos, el organismo expresa receptores para ellos en las membranas de las células. Cuando se produce la unión se genera una reacción que condiciona la expresión de determinadas proteínas. Este proceso puede conducir, si las proteínas no son las adecuadas al desarrollo de procesos patológicos. De esta forma, los receptores, condicionados por el medio extracelular, dirigen el funcionamiento y evolución hacia la salud o la enfermedad de la célula”.
Por ello, muchas patologías, nos están reflejando un estado emocional de base que también hay que tratar. No podemos concebir las emociones sin las expresiones corporales. Desde niños el organismo genera hábitos emocionales que condicionan la liberación de determinados neuropeptidos y la expresión de sus receptores en las membranas celulares. De ahí que muchos problemas emocionales se encuentren totalmente condicionados por estos receptores.
Así que pongamos en valor muchas herramientas para lograr la homeostasis. Es decir el equilibrio perdido. Porque eso exige medicaciones adecuadas. Seguro.