EN BUENAS MANOS

Otras derivadas del coronavirus

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recuerda la importante relación entre calidad de aire y enfermedades respiratorias. Cada vez hay más evidencias científicas que demuestran que la contaminación del aire es altamente nociva para los pulmones, y que causa y empeora infecciones y patologías respiratorias crónicas como insuficiencia respiratoria, EPOC y asma.

Dr. Bartolomé Beltrán

Madrid | (Publicado 13.04.2020 11:48)

El coronavirus ha obligado a la población a frenar de golpe, a la ciudadanía no le ha quedado más remedio que pausar la mayoría de sus rutinas y quedarse en casa colaborando para que mejore la situación en el país. Este alto en el camino ha provocado la reducción de muchos factores de salud y ambientales.

La European Public Health Alliance (EPHA), publicaba una selección de imágenes que muestran el importante descenso de los niveles de contaminación del aire en las principales ciudades de mundo afectadas por la pandemia del COVID-19. Y ha sorprendido como esto ha provocado la disminución de la contaminación y en consecuencia las enfermedades respiratorias. Sin embargo, la EPHA considera que “la contaminación crónica del aire facilita el deterioro prematuro de los pulmones y contribuye al desarrollo de patologías respiratorias que están vinculadas a las tasas de mortalidad por COVID-19 más altas”

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recuerda la importante relación entre calidad de aire y enfermedades respiratorias. Cada vez hay más evidencias científicas que demuestran que la contaminación del aire es altamente nociva para los pulmones, y que causa y empeora infecciones y patologías respiratorias crónicas como insuficiencia respiratoria, EPOC y asma. “Desde SEPAR, sin dejar de poner todo nuestro empeño en la lucha contra la pandemia del COVID-19, queremos recordar la necesidad de adoptar medidas para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire de nuestro entorno” explica el Dr. Carlos A. Jiménez-Ruiz, neumólogo y presidente de SEPAR.

Otro descenso importante ha sido el de los ingresos por ictus. Según datos de una encuesta realizada por la Sociedad Española de Neurología (SEN), el número de ingresos por ictus podría haberse reducido durante la crisis por COVID-19.

El ictus es la segunda causa de muerte en España, la primera en mujeres. Según informa la SEN, cada año 110.000-120.000 personas sufren un ictus en nuestro país, de los cuales un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen.

Sin embargo, y según los datos obtenidos de una encuesta de la Junta Directiva de la SEN, en el mes de marzo podría haberse reducido hasta en un tercio el número total de ingresos por ictus respecto al mes anterior (febrero de 2020). Ante estos datos, la SEN recuerda que, es muy importante que los pacientes no retrasen su llegada al hospital por miedo a utilizar los servicios de urgencia o acudir a los centros sanitarios.

La Dra. María Alonso de Leciñana, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares del SEN, destaca que “estos datos deben manejarse con cautela y deben confirmarse y analizarse convenientemente. En cualquier caso, es importante recalcar que el ictus sigue siendo una urgencia médica. El retraso en la llegada al hospital para recibir el tratamiento adecuado es uno de los factores que más negativamente influyen en el pronóstico de esta enfermedad”.

Además, la SEN insiste en la importancia de llevar hábitos de vida saludables para prevenir esta enfermedad neurológica: ejercicio moderado, dieta sana y equilibrada y los tratamientos indicados.