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EN BUENAS MANOS

Maloclusión y estrés

Estamos ante un trabajo multidisciplinar de un grupo de profesionales que trabajan cada día en torno a la Clínica Ciro de Madrid en la que después de conocer el caso de muchísimos pacientes han podido evaluar mediante métodos vanguardistas de imagen cuáles han sido los tipos de maloclusiones más frecuentes, desde la posición fisiológica del cóndilo o los movimientos laterales de la mandíbula han sido estudiados para poder concluir múltiples formas de este mismo problema.

Dr. Bartolomé Beltrán | Madrid
| 31/10/2014

Ha caído en mis manos un libro de referencia para dentistas y protésicos. Me refiero al trabajo del Dr. Vicente Jiménez-López, fundador y director de la Clínica Ciro, sobre "Ajuste oclusal en implantes y dientes naturales: oclusión en 3D". Estamos ante un trabajo multidisciplinar de un grupo de profesionales que trabajan cada día en torno a la Clínica Ciro de Madrid en la que después de conocer el caso de muchísimos pacientes han podido evaluar mediante métodos vanguardistas de imagen cuáles han sido los tipos de maloclusiones más frecuentes, desde la posición fisiológica del cóndilo o los movimientos laterales de la mandíbula han sido estudiados para poder concluir múltiples formas de este mismo problema.Se trata de un meticuloso análisis de la oclusión, una de las especialidades más importantes de la odontología, pues de ella depende en gran parte la salud de los componentes del sistema estomatognático. Los pacientes, la osteointegración y los implantes agradecerán este nuevo trabajo en un campo tan apasionante.Y es que los problemas a los que puede conducir una mala oclusión dependen también de factores como el estrés emocional del paciente y las parafunciones del rechinamiento, apretamiento y malposiciones de la mandíbula fuera de oclusión en situación de estrés. Sin dejar de comentar aquellos “dolores referidos a distancia”, que pueden dar sintomatología en la articulación y estar causadas por problemas musculares en la zona del cuello o en los músculos masticatorios. Es muy típica la aparición de dolores faciales y cefaleas, diagnosticadas de atípicas y que se deben a problemas musculares relacionados con la oclusión (maseteros, temporales) y del cuello.Cabe destacar que entre el 70 y el 80 por ciento de las personas que tiene maloclusión en combinación con estrés puede padecer dolores de cabeza. Además, puede padecer ruidos en el oído, mareos, y otras dolencias que, a priori, no tienen una justificación, pero que pueden solucionarse acudiendo al dentista.Un factor clave para prevenir los problemas futuros relacionados con la oclusión es la revisión dental de los niños antes de los seis años. “Cuanto más temprano se realice la prevención, más sencillo será evitar que con el crecimiento se agudicen los problemas”, subraya el Dr. Jiménez.En España existe un infradiagnóstico de las patologías asociadas a la oclusión porque, hasta ahora, “se había valorado muy poco el tratamiento desde un punto de vista preventivo”. Según explica, “hasta hace muy poco se pensaba que las alteraciones del sistema masticatorio se debían tratar cuando ya existía un problema diagnosticado y eso es un gran error”.La Medicina nos enseña cada día cuestiones aparentemente no relacionadas. Solo la investigación clínica y el conocimiento preciso de las patologías nos lleva a diagnósticos certeros en beneficio de los pacientes. No quiero ni pensar la cantidad de analgésicos que se habrán tomado algunos por un dolor de cabeza cuando en realidad tendrían que haber ido a un buen dentista.