EN BUENAS MANOS

Epilépticos esenciales

El tratamiento fundamental es farmacológico e individualizado para cada paciente. No obstante, si el tratamiento con fármacos no logra controlar los síntomas, existe la alternativa quirúrgica. Ahora, la Clínica Universidad de Navarra (CUN) ha incorporado el modelo más avanzado de equipamiento de ultrasonidos de alta intensidad (HIFU) para tratar a pacientes con temblor (Parkinson o temblor esencial) sin necesidad de cirugía craneal

ondacero.es

Madrid | 15.02.2019 13:02

La prevalencia y la incidencia del Parkinson se ha incrementado en las últimas décadas en nuestro país. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), las razones principales son; el aumento de la esperanza de vida, los avances diagnósticos y terapéuticos y una mayor sensibilización respecto a esta enfermedad.

El tratamiento fundamental es farmacológico e individualizado para cada paciente. No obstante, si el tratamiento con fármacos no logra controlar los síntomas, existe la alternativa quirúrgica. Ahora, la Clínica Universidad de Navarra (CUN) ha incorporado el modelo más avanzado de equipamiento de ultrasonidos de alta intensidad (HIFU) para tratar a pacientes con temblor (Parkinson o temblor esencial) sin necesidad de cirugía craneal. Tal y como informan desde este centro médico se trata de una técnica no invasiva, que ofrece un resultado inmediato y una administración que puede realizarse de forma ambulatoria, focalizando los ultrasonidos en un punto.

Para saber más sobre esta tecnología y cómo funciona, acude a ¿Qué me pasa doctor? la doctora Mª Cruz Rodríguez Oroz, directora del departamento de Neurología de la Clínica Universidad de Navarra que ejerce en los centros tanto de Pamplona como el nuevo que se ha abierto recientemente en Madrid.

Me indica lo que ha supuesto para los profesionales el HIFU. “Es una técnica que para los neurólogos y los neurocirujanos es un sueño. Es poder actuar dentro del cerebro sin abrir el cráneo”, afirma la experta. Asimismo señala que básicamente esto se consigue a través de ultrasonidos, se incrementa en un punto la temperatura de tal manera que se va a provocar una desnaturalización de las proteínas de ese punto y una lesión permanente. “El punto al que se van focalizando todos los ultrasonidos es una estructura en el tálamo, el Vim (núcleo ventral intermedio del tálamo), que es una estación de paso de un circuito que entra a funcionar mal en el caso del temblor”, explica la experta de la CUN. Y añade que “son neuronas, que en lugar de trabajar como deben cuando uno se está moviendo, empiezan a funcionar de manera autónoma y comienzan a descargar con una oscilación a una frecuencia que cuando uno quiere moverse, esas neuronas entran en el circuito del movimiento e imponen su oscilación. De tal manera que el paciente ya no puede moverse como quiere, sino que se tiene que mover a la frecuencia que esas neuronas le están mandando”, afirma la Dra. Rodríguez Oroz. En otras palabras, se trata de destruir esas neuronas con calor para que dejen de “entrometerse” en el circuito motor y permitan la realización de un movimiento voluntario de verdad, sin un elemento exógeno que lo perturbe. “Es muy simple, al mismo tiempo que la tecnología es altamente compleja”, concluye la experta.

El funcionamiento es el siguiente. De manera pionera, los expertos combinan los ultrasonidos con la resonancia magnética (RM) de 3 Teslas. Esto permite la monitorización del tratamiento, incluido el seguimiento térmico. Como indica el Dr. Jorge Guridi, director del Departamento de Neurocirugía de la Clínica, esto permite “visualizar el efecto del HIFU en la diana y realizar una evaluación neurológica del paciente durante la aplicación del tratamiento, observando la mejoría del temblor”.

El HIFU abre una alternativa a los tratamientos convencionales, pero siempre debe ser examinado en cada caso por un neurólogo experto en trastornos del movimiento y un neurocirujano que evaluarán la aplicación de este procedimiento. Es lo que hay. Seguro.