George, que así fue como "bautizó" al animal la persona que lo encontró, fue abandonado en el municipio el pasado 18 de diciembre. Un mes después, y cuando iba a ser trasladado a la Fundación Santuario Gaia tras que la vecina que lo estaba cuidando se pusiera en contacto con ellos, la concejal Mercè Hugas ordenó presuntamente a los agentes rurales de Oficina Comarcal de l'Alt Empordà de la Generalitat de Catalunya su sacrificio.
A pesar de las llamadas para intentar parar su injusta e innecesaria muerte, George finalmente fue sacrificado.