El fuego arrasó el edificio de Valencia en cuestión de minutos. La rápida propagación de las llamas a toda la estructura apenas dejó tiempo de reacción a los vecinos que permanecían en el interior y muchos de ellos tuvieron que salir a los balcones a la espera de que los bomberos les rescatasen. El balance oficial es de diez muertos y quince heridos, entre los que se encuentran varios bomberos que se recuperan en el hospital.
Pero los que también han sufrido las consecuencias de este incendio han sido los animales de compañía de muchos vecinos, que han quedado atrapados sin posibilidad de escapar de las llamas. Una joven relató a los medios de comunicación que se enteró del incendio cuando estaba en el trabajo. Al volver corriendo para intentar sacar a su gata, los bomberos no le permitieron el acceso al edificio debido al rápido avance de las llamas y el humo. Otro usuario subió un vídeo en TikTok en el que se podía ver a un perro en el balcón de una de las viviendas rodeado de llamas.
Son varios los perros, gatos y otras mascotas que han desaparecido en el incendio de Campanar y a eso se ha referido el director y presentador de 'Como el perro y el gato'. Carlos Rodríguez ha criticado algunos comentarios vistos en redes sociales descalificando el dolor de algunas personas por haber perdido a un animal y comparándolo con el dolor por haber perdido a una persona.
El comentario de Carlos Rodríguez sobre el dolor de perder a un animal
"Quizás esto sea meterse en un pequeño jardín, pero este programa está dedicado a la convivencia adecuada, ética, correcta de los animales en los hogares. Hemos tenido la desgracia de este incendio en Valencia. Yo creo que lo que tendría que hacer el ser humano cuando hay algo tan terrorífico es simple y llanamente ponerse a disposición de los corazones que se han reventado en esa situación.
Ha muerto gente y es terrible esa familia, esa gente que no va a volver. Habrá gente que les llore muchísimo, pero no tenemos que calificar ni cualificar el dolor de una persona porque llore por otra persona o porque llore por un animal que le acompañe en su vida, o por un cuadro de su madre o por una foto de su padre.
Esta gente se ha quedado sin nada, muchos de ellos sin vida. Las redes sociales sacan lo peor del ser humano y ponerse a parir porque uno llore por su familia humana o por su familia no humana es cuestión de cada uno. ¿No podemos dejar a la gente que tenga su sensibilidad, respetarla en el dolor y no meternos a opinar en medio de berenjenales?
Esto ha sido una terrible circunstancia que se ha llevado vidas de todo tipo. El que quiera y necesite llorar, que llore. Y lo que tenemos que hacer los demás es respetar y el que quiera, ayudar. Pero ayudar calificando o descalificando los sentimientos de los demás me parece absurdo. Tengamos un poquito de empatía y corazón. La vida en cualquier formato es siempre vida".