Andrés Iniesta volvió a ser decisivo para el Barcelona cuando más lo necesitaba su equipo. Pese a que los blaugranas llevaban en dominio del partido, el Málaga había logrado empatar por dos ocasiones y parecía que el partido podía irse a la prórroga. Pero en el minuto 75, el manchego se asoció con Cesc, al que le pasó el balón y, tras un gran regate del catalán, devolvió la pelota a Iniesta para que batiera a Kameni en el mano a mano y dejara la eliminatoria sentenciada.
El Barcelona pasa a las semifinales de la Copa del Rey, y se enfrentará este miércoles ante el Real Madrid en el primer clásico del 2013 que dará una plaza para la final.