La pequeña Anaya Ellick, de Virginia, se ha convertido en una inspiración para todos los que lean esta noticia.
Anaya nació sin manos pero esto no ha supuesto nunca un impedimento para hacer una vida lo más parecida posible a la de cualquier niño. Tanto es así que, sin tener prótesis, decidió aprender a escribir. Para lograrlo, debe colocar el lapicero en una posición concreta entre su brazo y el muñón de su mano.
Ahora, con siete años, se ha proclamado campeona en el torneo de escritura a mano que se celebra en su estado. "No deja que nada se interponga en el camino de hacer lo que se ha propuesto hacer", dice la directora del centro en el que estudian en Virginia.
Para lograrlo, venció a otros 50 estudiantes con alguna discapacidad intelectual, física o de desarrollo.
No solo ha aprendido a escribir. Aseguran que es completamente independiente y es capaz de comer, vestirse y hacer las tareas básicas por sí misma.