Lori Jones es la dueña de una pequeña tienda que hace poco recibió una visita algo diferente: se trataba de una cierva que sin prestar ninguna atención a Lori, entró en el local y se puso a curiosear por allí.
Según relataba la dueña, después de un rato intentó sacarla de allí pero la cierva no quería irse, así que decidió darle algo de comer: una barrita de cereales llevándola hacia el exterior.
Se ve que la barrita le gustó, porque para sorpresa de esta mujer, a la media hora volvió a aparecer y esta vez con sus crías. A la mujer no le quedó más remedio que darle más barritas de cereales para que se fuera toda la familia.
Ante su asombro fotografió la escena, en la que se puede ver a un ciervo en primer plano y a otros tres en la puerta del establecimiento, como siguiendo a la madre.