La acción se realizó el martes 25 de septiembre y consistió en rociar una mezcla de agua y lejía sobre la entrepierna de los hombres que se encontraba en ese momento en los vagones del metro de San Petesburgo.
Dovgaliuk justifica el "ataque" en el vídeo, argumentando que su colectivo feminista lucha contra ese irritante hábito en muchos países, pero que en Rusia aún no se ha discutido.
"Es extremadamente importante para mí llamar la atención de las personas hacia este tema, para provocar una discusión y, en consecuencia, la creación de normas legislativas que penalicen el ‘manspreading’, porque se trata de una falta de respeto público hacia las mujeres y niños y es una vergüenza para la sociedad", explicó.