Con la llegada de agosto y los desplazamientos largos por carretera, no basta con poner el coche a punto, planificar bien las paradas puede ahorrarnos más de un disgusto. Además de revisar neumáticos, aceite o frenos, conviene saber qué estaciones de servicio están realmente a pie de autovía y cuáles obligan a un rodeo que puede retrasar nuestro trayecto varios kilómetros.
El secreto está en las señales. Pocos conductores lo saben, pero el color del cartel y la distancia que marca son claves para distinguir si una estación de servicio está pegada a la autovía o si toca abandonar la vía principal.
- Carteles azules: indican que la gasolinera está situada justo al lado de la autovía.
- Carteles blancos: avisan de que la estación se encuentra fuera de la vía rápida, lo que probablemente suponga recorrer un desvío más largo.
La pista de los metros
No solo el color del cartel es determinante. La cifra que aparece en el panel también da pistas claras. Si la señal muestra 500 o 1.000 metros, la gasolinera está en la propia salida. En cambio, cuando aparecen distancias de 750 o 1.250 metros, la estación estará a varios kilómetros y habrá que perder tiempo en volver a incorporarse a la autovía.
Señales que dicen más de lo que parece
La señal que marca una gasolinera muestra siempre el icono de un surtidor. Si aparece acompañada de una taza de café o de unos cubiertos, además de repostar, también podremos parar a descansar y comer en un área de servicio completa. Son detalles que ayudan a planificar mejor un viaje largo, sobre todo en pleno verano, cuando las carreteras se llenan y los atascos pueden hacer que cada minuto cuente.

