JUICIO A CÉSAR ROMÁN

Todo lo que se sabe sobre el 'Rey del cachopo'

César Román Viruete, más conocido como el 'Rey del Cachopo', pasó de ser un empresario de éxito en el sector de la hostelería a ser considerado como un estafador y un asesino. Ahora, se enfrenta a una posible condena por el homicidio de su expareja.

ondacero.es

Madrid | 15.05.2021 07:04

Todo lo que se sabe sobre el 'Rey del cachopo'
Todo lo que se sabe sobre el 'Rey del cachopo' | Agencia EFE

César Román Viruete, más conocido como el 'Rey del Cachopo', suma un delito más a la larga lista de estafas, actos violentos y mentiras que ha arrastrado durante toda su vida. Sin embargo, este no es uno más y no es algo de lo que pueda huir como ha hecho siempre. Ahora, la Audiencia Provincial de Madrid le juzga como presunto autor del asesinato y posterior profanación del cuerpo de su expareja, Heidi Paz, y la Fiscalía pide para él 15 años y cinco meses de cárcel.

El pasado lunes 10 de mayo comenzó el juicio al empresario por el homicidio de su expareja, aunque Román mantuvo en todo momento su inocencia durante su declaración y negó su implicación en el supuesto crimen. Alegaba que, por entonces, su novia trabajaba para una banda de narcos que robaba cocaína a otros grupos, vinculando la desaparición de la mujer a a las mafias de la droga.

También ha dudado de la legitimidad de que el torso encontrado en la maleta pueda pertenecer a Heidi Paz, asegurando que podría estar viva. “Creo que está viva, que cogió 8.000 euros y se marchó. Por eso el cuerpo sigue en una cámara frigorífica y su familia no lo ha reclamado”, ha expuesto, apoyándose en el primer análisis de los restos hallados en la nave, que concluyeron que eran de una mujer caucásica que no había tenido hijos –la víctima tenía dos–. Por su parte, el abogado de la familia de la víctima, Ramón Fernández de Mena, ha negado que existan indicios de esta hipótesis y ha afirmado que el ADN del torso coincide con el de la víctima.

Maltrato, violencia y una maleta que pesaba mucho

Durante el juicio, Gloria Francis Bulnes, la madre de Heidi Paz, alegó que Román maltrataba a su hija y que la víctima llegó a tener un aborto espontáneo a causa de los golpes del acusado. "Yo sabía en mi corazón que este hombre le estaba haciendo daño y ella no lo decía, porque era celoso. Yo sé que la maltrataba", ha explicado, asegurando que esta violencia la observó continuamente durante el mes que la pareja vivió en su casa, algo que Román negó. Además, la madre de Heidi desmintió que su hija perteneciera a una banda de narcotraficantes y ha señalado que la maleta en la que apareció el tronco de Heidi pertenecía a César Román, porque ella misma la trasladó durante una mudanza.

No sería la primera vez que Román es acusado de ser violento con sus parejas. De hecho, su exmujer, Natividad Rodríguez, ha asegurado que vivieron "muchos episodios violentos" y lo ha calificado como una persona "controladora, mentirosa y agresiva". Natividad estuvo casada con Román durante 14 años y llegó a interponer una orden de alejamiento por maltrato sobre el acusado, que la agredió una bombona de butano: "En comisaría me dijeron que no pusiera la denuncia porque no tenía pruebas suficientes", ha alegado su exmujer, aunque finalmente lo hizo en 2017.

Por otra parte, su exnovia, Sara, que mantuvo una relación con el presunto asesino durante seis meses, ha admitido que Román era una persona agresiva, que llegó a gritarle dando golpes durante una discusión y ha reiterado que el acusado mató a tres de sus perros, aunque este se excusó diciendo que les había pasado otra cosa.

Además, el taxista que condujo a César Román el pasado 5 de agosto de 2018, día de la presunta muerte de Heidi Paz, ha destacado en la cuarta sesión del juicio que la gran maleta con la que cargaba el acusado "pesaba una barbaridad" e incluso tuvo que pedirle que le echara una mano para meterla en el vehículo. El testigo ha relatado que llevaba "una maleta grande oscura" e incluso tuvo que pedir ayuda para meterla en el maletero porque "pesaba de 50 a 60 kilos"."Yo llevo maletas y no pesan tanto a no ser que vayan llenas de libros y no son maletas tan grandes", explicaba.

Un pasado marcado por la militancia política y las estafas

La mediática historia de este empresario madrileño se remonta varios años en el tiempo, cuando en 1996 el diario ABC lo descubrió como líder de un supuesto sindicato de estudiantes. Por entonces, César Román, que aún estudiaba bachillerato a sus 22 años, fue expulsado del instituto Cervantes de Madrid después de anunciar una huelga que paralizaría España.

En ese mismo año, la revista Interviú publicó un reportaje en el que asociaban la figura de César Román a grupos de ultraderecha de la Falange y denunciaron que el joven había conseguido infiltrarse en el sindicato Comisiones Obreras para penetrar en la clase trabajadora, llegando incluso a ser delegado sindical en Mercamadrid por Comisiones. Finalmente, Román también fue expulsado de Falange, alegando que era demasiado de izquierdas para sus jefes.

Durante este tiempo, Román desapareció por primera vez sin dejar rastro. Por entonces, el acusado era delegado en Madrid de Plataforma per Catalunya, un grupo ultra catalán que dirigía Josep Anglada, que había quedado maravillado por la iniciativa del 'Rey del cachopo'. Sin embargo, unos meses después su familia presentó una denuncia por desaparición como ahora. César Román se marchó entonces sin pagar la nómina de los empleados que había contratado en la sede del grupo durante varios meses y la formación tuvo que hacerse cargo de un pufo de 90.000 euros.

En su intento por inmiscuirse en la vida política, Román también fue conocido por difundir las llamadas 'fake news' y diferentes rumores falsos, que llegaron a ser publicados en algunos diarios de calada nacional. Además, uno de ellos, sobre Álvarez Cascos y la posibilidad de que este entrara en el CDS, tomó mucha relevancia, hasta que el político asturiano lo desmintió.

Pasó por Málaga también, donde fundó una asociación de comerciantes a todo trapo, que, más tarde, cerró sin dar explicaciones y fue denunciado por sus trabajadores. Desde 2010, un juez de Málaga lo busca.

También fundó un medio de comunicación llamado El Aguijón, en el que engañó a varios estudiantes de periodismo que trabajaron para él sin cobrar. Su tarea era la de copiar y pegar noticias de otros sitios, diciéndoles que hacían un master y a algunos llegó a pagarles con cheques sin fondos.

El renacimiento como 'rey del cachopo'

En 2016, César Román montó con la que entonces era su mujer, Nati, un restaurante en Madrid, una sidrería asturiana a la que llamó "El Rey del Cachopo", en la que alardeaba de ser el ganador de la mejor fabada del mundo, algo totalmente falso.

Ese mismo año se divorció de su mujer y se repartieron los locales que tenían abiertos en Madrid, y es entonces cuando, mientras ella salía en el programa ‘Pesadilla en la cocina’ de Alberto Chicote para que le ayudasen a enderezar la trayectoria del local, César se inventó un concurso mundial de cachopos del que se proclamó ganador.

A partir de entonces, invirtió una gran cantidad de dinero en publicidad, consiguiendo que algunos famosos acudieran a sus locales a cambio de cachopos y sidra y abrió cinco locales en Madrid, a los que bautiza con el nombre de A Cañada Delic Experience. Sin embargo, la realidad es que Román no pagaba a los proveedores, y cuando estos empezaron a reclamarle dinero, él los mandó al restaurante de su ex mujer.

Desaparición y presunto asesinato de Heidi Paz

Heidi Paz conoció a César Román a principios de abril de 2018, cuando ella comenzó a trabajar en una de las sidrerías que el empresario regentaba en Madrid, y poco después, comenzaron una relación amorosa y se fueron a vivir juntos. Una relación que duró apenas cuatro meses y que se saldó con la desaparición de ambos el 30 de julio, día en el que se pierde la pista de César Román y Heidi Paz.

Unos días antes, el 13 de julio de ese mismo año, la pareja había protagonizado un altercado en el bar Bacanal, donde ambos estuvieron bebiendo sin pagar, se fueron y, más tarde, regresaron pidiendo más bebida y empezaron a destrozar el local. Allí, rompieron dos televisores, un ordenador y unas 40 botellas de alcohol, gritando y asegurando que el dueño no pagaba a sus empleados. Estos destrozos les llevaron a pasar la noche en comisaría, aunque quedaron en libertad dos días después.

Sin embargo, el día 23, la familia de la mujer denuncia su desaparición y, siete días después, también lo hacen los familiares de César Román. A sus espaldas, el empresario dejaba una montaña de deudas e impagosa inversores y proveedores.

En junio, la hondureña había decidido marcar distancias con su pareja y dejó el domicilio que compartían alegando que necesitaba unos días "para pensar sobre la relación que ambos mantenían". Sin embargo,el 5 de agosto, a las 5:52, la joven llama a César Román y acude al domicilio del acusado. Es allí cuando la Fiscalía cree que Román, "al no aceptar que ella quisiera distanciarse de él, con la intención de quitarle la vida, o al menos, representándose dicho resultado, le causó la muerte".

Más tarde, para evitar ser descubierto y dificultar la identificación del cadáver, "seccionó, separando del cuerpo la cabeza y los miembros superiores e inferiores, y se deshizo de ellos, sin que se haya podido determinar la forma en que lo hizo" ymetió el tronco de Heidi en una bolsa de plástico negra, que introdujo en una maleta. A continuación, sobre 16.21 horas del 5 de agosto pidió un taxi al servicio de 'Tele Taxi' y trasladó el cuerpo de la víctima desde el domicilio hasta una nave industrial en Madrid, alquilada por la entidad 'Delice Experience S.L.', empresa que regentaba Román.

Además, la Fiscalía apunta a que Román también habría seccionado los pechos de su novia, extrayendo los implantes de silicona que esta tenía. El 13 de agosto trató de deshacerse del cuerpo de Heidi Paz, el cual roció con sosa caústica y quemó en el sótano de la nave industrial. Sin embargo, cuando descubrió que las autoridades examinaban el cuerpo, huyó a Zaragoza, donde fue encontrado y detenido el 16 de noviembre de 2018, en un establecimiento en el que trabajaba como cocinero con otra identidad.