España forma parte de un grupo estable de INTERPOL para la identificación de víctimas. Una red que regula este tipo de actividades y busca mejorar los protocolos de actuación tanto a nivel nacional como internacional. "Cuando un país determina que puede ser bueno recibir ayuda de otros países, se pone en contacto generalmente a través de INTERPOL" explica el inspector de la Policía Científica, Sergio Castro. Se trata de equipos multidisciplinares formados en las distintas áreas de la Policía Científica.
El caso más reciente es el desplazamiento de un grupo de 6 especialistas hasta Sierra Leona tras la petición de ayuda del presidente del país africano a la comunidad internacional. Su misión en la zona afectada es la rápida identificación de las víctimas y así evitar que los cadáveres sean foco de nuevas enfermedades. Hasta Freetown, la capital del país, también se han enviado equipos de rescate y ayuda humanitaria.
Los principales sistemas de identificación que los efectivos policiales actualmente utilizan, por ser los más fiables, son los genéticos, dactilares y también la identificación dental. Para estas técnicas lo que se necesita es la información antemortem y postmortem. La antemortem se basa en la información del desaparecido y la postmortem es ya la información del cadáver. De esta manera, ambos datos se analizan y si coinciden, se puede confirmar la identificación de la víctima.
La recogida de la información antemortem es una de las partes más difíciles de su trabajo. Estos detalles se obtienen de los familiares, una labor muy delicada. "El trabajar con cadáveres es una tarea a la que uno se puede ir habituando, pero tratar con familiares que recientemente han perdido a un ser querido es la situación más complicada". En la fase de recopilación de información postmortem, se necesitan datos acerca de la vestimenta, perfiles genéticos, información dental o registros dactilares.
El problema es el estado en el que se encuentran los cuerpos. Uno de los casos más difíciles fue el tsunami de Tailandia. "Las situaciones más complicadas desde un punto de vista técnico son aquellas en las que es muy difícil realizar la recogida de los cadáveres o restos".
Estos expertos están entrenados y formados para un tipo de análisis concreto. "Cada una de las técnicas requiere un tiempo y una formación específica". Además, anualmente los especialistas pasan unos controles específicos para contrastar su validez en el trabajo. "Cada persona se somete a casos ficticios o reales para determinar si da una respuesta adecuada".
Dependiendo de la ocasión, los grupos están formados por diferentes especialistas. No hay un número concreto de equipos, ni estos no son estables. En los grupos que se desplazan suele viajar un experto con una mayor experiencia en este tipo de actuaciones, conocedor de cómo se gestiona la catástrofe en sí misma. En el caso de Sierra Leona, el equipo está integrado por un inspector jefe, una inspectora de actividades científicas internacionales, un facultativo de Biología-ADN y tres policías especialistas en necroidentificación-lofoscopia, identificación lofoscopica y en fotografía.
El trato con cadáveres, y en ocasiones solo con restos de estos, es duro. No dejan de ser situaciones fuera de lo normal, recuerda el inspector Castro. El afrontar regularmente este tipo de sucesos es lo que hace que los agentes se adapten a este tipo de trabajo. Por esta razón, los especialistas cuentan con apoyo psicológico en ocasiones puntuales.
A nivel nacional, las labores de identificación no terminan hasta que finalizan por completo las identificaciones. En catástrofes como la de Sierra Leona, de corte internacional, los equipos se trasladan hasta las áreas afectadas por periodos cortos, pero si por el contrario se les requiere allí más tiempo, los grupos de trabajo que realizan labores de identificación en el extranjero permanecen en la zona entre 2 y 4 semanas antes de proceder al cambio de equipo. "Combinando diferentes funcionarios se pueden hacer infinidad de equipos". Así, los relevos de personal garantizan períodos de descanso adecuados y que la situación no llegue a afectar psicológicamente a los agentes.