A lo largo de la tradicional ofrenda, el rey ha invocado en gallego al apóstol Santiago "que simboliza la unidad de España", situando a la catedral de Santiago -la seo a la que regresa la ofrenda tras varios años de obras de rehabilitación- como el paradigma "de una victoria de la esperanza sobre todas las negras sombras de las que se lamentaba Rosalía de Castro".
El rey ha calificado al Camino de Santiago como un modelo de valores que "aporta tolerancia, respeto por la diferencia y el firme deseo de unir pueblos y culturas". El monarca ha asegurado que la cultura jacobea, "que inspira desde Galicia la unidad de España, su cohesión y su progreso", comprende un importante mensaje que ahora habría de ser atendido: "los pueblos se construyen sobre su personalidad y también sobre lo que tienen en común con los otros pueblos".
También en gallego, ha llamado de nuevo a la "convivencia democrática" y ha recordado que España es una nación "vinculada por el pasado, por el presente y por el futuro, que vive y se expresa en lenguas y culturas tan ricas como la gallega".
Asimismo, Felipe VI ha reivindicado la importancia de la Corona para "la continuidad" de la nación española, pues sería un eslabón clave “entre pasado, presente y futuro”. En este aspecto, también ha apelado a sus propias hijas -la princesa Leonor y la infanta Sofía- que "participan por primera vez en esta tradición".
El mensaje esperanzador que apela a la pandemia
Durante su intervención, el monarca se ha referido a la pandemia del coronavirus como "una de las experiencias más duras" que puede recordar, al tiempo que ha situado a la ciudadanía como el "faro" que vislumbra la esperanza por su "solidaridad y entrega" durante esta pandemia. Mostrando su "orgullo y respeto" por el pueblo español, ha lanzado un mensaje de optimismo "a quienes sienten desaliento" en una época en la que, "de manera paulatina y prudente", secomienza a recuperar la antigua normalidad.
Turno del arzobispo de Santiago
Después de Felipe VI, el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, ha pedido la mediación del apóstol Santiago para que todos los pueblos de España preserven la "convivencia fraterna". Durante su homilía, ha instado a "volver a las raíces" y "promover la cultura del cuidado común", que permite "comprender la unidad y la historia de los pueblos de España, vertebrada en lo común de todos y lo específico de cada uno".
Los actos programados
A su llegada al Obradoiro para la misa solemne, poco después del mediodía, acompañados de la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, los reyes y sus hijas ya habían saludado a las autoridades presentes, entre ellas la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz; y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. También estaban el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante general Teodoro López Calderón.
Al concluir la misa, los monarcas y sus hijas han cumplido con la tradición de visitar la figura del apóstol Santiago situada en el presbiterio de la catedral, aunque en esta ocasión no han podido abrazarlo a causa de las medidas de seguridad sanitaria instauradas a raíz de la pandemia.
A continuación, han contemplado el vuelo del botafumeiro -el enorme incensario de la catedral de Santiago- e inmediatamente después se han trasladado al Pazo de Raxoi, sede del ayuntamiento compostelano, para firmar en el libro de honor.
Su agenda de esta jornada en Santiago de Compostela continúa por la tarde, cuando el rey presidirá la reunión del Real Patronato de la Ciudad y, después, acudirá a la entrega de la Medalla de Galicia, que este año premia a los sanitarios que se ocupan del proceso de vacunación contra el coronavirus.
