El sociólogo, Ignacio Urquizu, ha puesto sobre la mesa un dato inquietante durante su intervención en el programa Más de Uno, de Onda Cero. Casi uno de cada cinco jóvenes españoles considera que una dictadura podría ser una alternativa a la democracia.
La cifra procede de los últimos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y refleja un cambio generacional que, según Urquizu, “debería hacernos reflexionar sobre la salud de nuestra cultura democrática”.
“A los españoles les gusta la democracia, pero cada vez están menos satisfechos”
Urquizu contextualiza este dato dentro de un análisis más amplio sobre la evolución de las percepciones políticas en España. Según explica, el 80% de los ciudadanos sigue considerando que la democracia es el mejor sistema posible, un porcentaje prácticamente idéntico al registrado hace 16 años, cuando el CIS realizó una encuesta similar en 2009. Sin embargo, la satisfacción con su funcionamiento ha caído de forma notable.
“Hoy el 55% de los españoles se declara poco o nada satisfecho con la democracia, frente al 30% que decía lo mismo hace 16 años”, subraya el sociólogo. “En aquel momento la mayoría estaba contenta con el sistema; hoy la mayoría está decepcionada”.
A juicio de Urquizu, este cambio no implica necesariamente un rechazo al modelo democrático, sino una “fatiga institucional” derivada de la polarización política, la desconfianza hacia los partidos y la sensación de que las instituciones no responden a los problemas cotidianos de la gente.
La derecha, más demócrata que hace 16 años
Otro de los elementos que destaca Urquizu es el desplazamiento de las actitudes democráticas dentro del espectro ideológico. Según sus datos, los votantes del Partido Popular son hoy más demócratas que hace 16 años, cuando un 13% de ellos consideraba que una dictadura podía ser una opción preferible. Actualmente, ese porcentaje se ha reducido al 7%.
“Esto ocurre porque parte de ese electorado se ha ido a Vox”, explica. “Hoy en día, el 30% de los votantes de Vox cree que una dictadura sería mejor que una democracia. Si lo extrapolamos, estamos hablando de más de un millón de personas”.
El giro preocupante de los jóvenes
El cambio más llamativo, según Urquizu, se da en las generaciones más jóvenes. En 2009, entre el 7% y el 8% de los menores de 35 años veía la dictadura como una posible alternativa. Hoy, ese porcentaje casi se ha duplicado hasta alcanzar el 17 o 18%. “Es, sin duda, el dato que más está llamando la atención a los analistas”, apunta.
No obstante, Urquizu matiza que este resultado debe interpretarse con prudencia. “Es una pregunta abstracta: democracia o dictadura. Pero cuando se les pregunta a los jóvenes, específicamente por el franquismo, son los más críticos. Es decir, pueden valorar en abstracto la idea de un sistema autoritario, pero rechazan el franquismo con mucha más claridad que generaciones anteriores”.
El sociólogo relaciona este fenómeno con la distancia temporal que separa a los menores de 35 años de la experiencia directa de la dictadura y la transición democrática. “Para muchos jóvenes, la democracia no es un logro conquistado, sino algo que simplemente estaba ahí desde que nacieron. Por eso el apego emocional es menor”, reflexiona.
Urquizu concluye recordando que el 67% de los españoles considera “desacertado” celebrar el 50º aniversario de la muerte de Franco, un dato que, a su juicio, demuestra que “la sociedad española sigue comprometida con la democracia, aunque convive con un creciente malestar que no debe ignorarse”.
