Emanuela Orlandi, una adolescente de 15 años y ciudadana vaticana, desapareció el 22 de junio de 1983 en Roma tras asistir a su clase de música. Hija de un funcionario del Vaticano, residía con su familia dentro de los muros de la Santa Sede. Ese día, tras su lección en el Instituto Tommaso Ludovico da Victoria, llamó a su hermana para comentar una oferta laboral que le había hecho un desconocido. Sin embargo, nunca regresó a casa.
Desde entonces, su paradero es un misterio que ha capturado la atención de Italia y del mundo. El caso ha sido objeto de múltiples investigaciones y teorías, algunas de las cuales vinculan su desaparición con la mafia italiana, encubrimientos dentro del Vaticano e incluso escándalos sexuales. En 2019, una pista anónima llevó a la exhumación de tumbas en el cementerio teutónico del Vaticano, pero no se encontraron restos relacionados con Emanuela.
En enero de 2023, el Vaticano reabrió oficialmente la investigación, con el fiscal Alessandro Diddi al frente, tras las reiteradas peticiones de la familia Orlandi y el impacto del documental de Netflix “La chica del Vaticano”, que arrojó nueva luz sobre el caso. En noviembre de 2024, Diddi confirmó la existencia de un dossier confidencial sobre la desaparición, cuya existencia se había negado previamente. Aunque aún no se han revelado detalles sobre su contenido.
Su hermano Pietro
La familia Orlandi, especialmente su hermano Pietro, continúa buscando respuestas y justicia. Él es hermano de Emanuela Orlandi, y se ha convertido en el rostro más visible de la lucha por esclarecer la desaparición de su hermana en 1983. Desde entonces, ha dedicado su vida a exigir justicia y verdad, enfrentándose a lo que describe como un “código de silencio” dentro del Vaticano que, según él, ha obstaculizado la investigación durante décadas.

A lo largo de los años, Pietro ha denunciado la falta de transparencia en las investigaciones y ha señalado directamente a altos cargos de la Iglesia como posibles conocedores de la verdad. En 2023, tras la reapertura del caso por parte del Vaticano, se reunió con el fiscal Alessandro Diddi, entregando una lista de nombres de personas que, a su juicio, podrían aportar información relevante.
Además, Pietro siempre ha manifestado su escepticismo respecto a las intenciones del Vaticano, porque él piensa que la investigación es una “farsa” y acusa a las autoridades eclesiásticas de traicionar a su familia. Pietro Orlandi sigue buscando pistas, porque está convencido de que la verdad aún puede salir a la luz.

