En ocasiones experimentamos la sensación de movimiento involuntario o temblor en el párpado inferior o superior de uno de los ojos. Este movimiento puede durar segundos o minutos y se suele repetir varias veces a lo largo de uno o varios días, excepcionalmente semanas.
Su nombre científico es mioquimia del orbicular y, de acuerdo con la Dra. Mar González Manrique, jefa del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Móstoles y especialista en Neuroftalmología y Motilidad Ocular, consiste en contracciones o fasciculaciones del músculo orbicular de los ojos, que es el que utilizamos para cerrar estos.
Entre sus causas, la experta identifica las siguientes:
- Estrés y ansiedad.
- Cansancio o falta de horas de sueño.
- Uso de determinadas sustancias estimulantes, como el café o el té.
- Uso regular de pantallas.
- Alcohol y tabaco
- Alergias o sequedad ocular.
- Efecto secundario de algunos fármacos.
No obstante, a pesar de que, a priori, esta condición no suele presentar causas graves, Mar González alerta de una entidad, similar a la mioquimia del orbicular, a la que se le debe prestar especial atención.
Se trata del blefaroespasmo. "Es un problema de salud mucho más importante, pues se llega a perder el control voluntario sobre la apertura y cierre de ambos ojos. Es mucho más intenso que la mioquimia", cuenta la oftalmóloga. "El paciente puede ser incapaz de abrir los ojos de modo voluntario y esto afecta profundamente a su calidad de vida", añade.
La doctora también explica que algunas enfermedades neurológicas, musculares y autoinmunes pueden cursar con temblores de los párpados, y resalta la importancia de tenerlas en cuenta si existen también otros síntomas o cuando hay algún antecedente en la familia.
Temblor ocular: prevención y tratamiento
Mar González sostiene que el paso de las horas o los días, el descanso, el sueño reparador o, en algunos casos, los fármacos ansiolíticos y los relajantes musculares, pueden ayudar a que la mioquimia del orbicular finalice antes.
De la misma manera, sostiene que, ante un caso de mioquimia muy persistente y molesta, no autorresuelta a corto plazo, "una excelente alternativa terapéutica es la toxina botulínica administrada por el oftalmólogo".
"Está disponible para uso médico desde hace ya más de tres décadas y debe ser aplicada siempre por un profesional experto. Este es precisamente el tratamiento de elección del blefaroespasmo", concluye la doctora.