El intestino, a menudo llamado el segundo cerebro del cuerpo humano, desempeña un papel crucial en la digestión de los alimentos y en el mantenimiento de nuestra salud. Pero ¿qué sucede cuando este delicado equilibrio se ve perturbado?
La Dra. Ana Esteban, médica especializada en Medicina Intensiva, arroja luz sobre una condición que está ganando mayor reconocimiento en la comunidad médica: el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO).
SIBO: qué es y por qué ocurre
La conciencia sobre el papel crucial que juega nuestra microbiota en la salud está en constante crecimiento ya que, lejos de influir únicamente en el tránsito intestinal, también interactúa con nuestro sistema inmunológico, endocrino y urinario, entre otros. Sin embargo, diversos factores pueden dañar nuestra microbiota, afectando su diversidad y la cantidad de microorganismos que la componen, y desencadenando una condición patológica conocida como sobrecrecimiento bacteriano o SIBO.
De acuerdo con un estudio publicado por el centro de Medicina Integrativa Keval+, se estima que hasta un 35% de la población general puede estar lidiando con SIBO. Este porcentaje podría dispararse hasta un alarmante 80%-90% en pacientes que padecen el Síndrome de Intestino Irritable o el Síndrome de la Fatiga Crónica.
"El SIBO se produce cuando hay un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado. Sin embargo, lejos de ser infección per se, se trata de un desequilibrio (disbiosis) donde hay más bacterias de las que deberían existir", añade la especialista. Según los microorganismos que crezcan, se conocen distintos tipos de SIBO.
Síntomas más comunes, factores de riesgo y causas
La naturaleza de los síntomas del SIBO es variable. Por ello, la doctora identifica los siguientes:
- Gases
- Distensión abdominal
- Aumento del ruido intestinal
- Diarrea, estreñimiento o una alternancia de ambos
- Dolor
- Digestiones pesadas
- Náuseas y ardor
También pueden aparecer síntomas extradigestivos como cansancio, caída de pelo, aumento o pérdida de peso, insomnio, ansiedad, depresión, dolores articulares, dolores musculares, síntomas tipo alérgicos o síntomas urinarios.
En cuanto a los factores de riesgo, la especialista explica que el cuerpo humano cuenta con diversos mecanismos de autodefensa contra el SIBO para mantener un ambiente estéril en el intestino delgado. “Estos mecanismos incluyen la acidez gástrica, nuestro sistema inmunológico, el equilibrio interno entre varios microorganismos y una acción de limpieza que se activa durante el periodo de ayuno”, cuenta Ana Esteban, y señala que el SIBO se desarrolla cuando cualquiera de estos procesos defensivos falla.
En cuanto a sus causas, destacan las siguientes:
- Ciertos tipos de gastroenteritis que interfieren con la motilidad intestinal
- El consumo de antibióticos y otros medicamentos (antiinflamatorios)
- El uso crónico de antiácidos
- Cirugías abdominales
- Estrés, que tiene un impacto significativo en la función intestinal.
SIBO: tratamiento y prevención
A pesar de sus complicados síntomas, el SIBO es tratable. De hecho, para los casos más leves, cambiar el estilo de vida, la dieta y el manejo del estrés pueden ser suficientes.
Por el contrario, en situaciones más severas, el tratamiento puede requerir de antibióticos específicos y apoyo para sanar la mucosa intestinal y fortalecer el sistema inmunológico. Aunque el tiempo de recuperación puede variar, Ana Esteban asegura que "la mayoría de los pacientes pueden esperar una mejora significativa con el tiempo".
