Madrid | (Publicado 03.07.2019 16:30 )
Un casco elástico similar a un gorro de piscina con electrodos detecta e interpreta la intención de caminar y el robot ejecuta la orden.
La consecuencia es un movimiento inmediato que corrige la postura del niño y convierte en rutina el gesto de andar para que no lo olvide. Además mejora la rigidez muscular, explica el doctor Ignacio Martínez Caballero, coordinador de la unidad de neuro ortopedia del Niño Jesús…
"Es como si fuese el hombre de hojalata que uno está oxidado y no puede moverse. Cuando le echan el aceite, entonces empieza a moverse. Este tipo de terapias es como el aceite para el hombre de hojalata porque hace que se muevan menos oxidados", ha dicho.
El robot pesa 60 kilos y precisa del esfuerzo del paciente para moverse a 0,60 metros por segundo, la habitual al andar. Miguel tiene parálisis cerebral y lo ha estrenado hoy…
"Me han dicho que me van a poner en el robot y que me van a poner un gorro de realidad virtual con un castillo que cuando dijera mi voz 'quiero empezar a caminar' el robot empezara a caminar".
El exoesqueleto podría beneficiar al 70% de los niños con parálisis cerebral. De momento es útil para adolescentes, pero se trabaja ya en modelos pediátricos más pequeños.