Hay momentos en los que una porción de pizza fría tiene su encanto, quien no ha disfrutado de un trozo a altas horas de la madrugada pese a no estar en su temperatura. Los puristas que quieren disfrutarla como si acabara de salir del horno, deben conocer el mejor método para recalentarla. .
Los cuatro métodos más comunes para recalentar pizza son microondas, horno, freidora de aire y sartén. Y sí, puede parecer que no hay gran diferencia entre ellos, pero en la práctica sí tal y como demuestra un experimento del portal 'Taste'.
¿El peor? El microondas
Rápido, sí. Sabroso, no tanto. Aunque el microondas es ideal cuando tienes mucha prisa, el resultado deja que desear: la base queda blanda, el queso pierde textura y el borde es casi incomible. Mejor comerla fría que así.
El horno: buena, pero puede pasarse
Para ello hay que introducir una porción a 220 °C durante 8 minutos. El resultado es una buena textura crujiente y queso bien derretido. Sin embargo, todo queda bastante seco si te pasas de tiempo. Ideal si te gusta la pizza ultra crujiente, pero no la más fiel a la original.
Freidora de aire
Sumergimos brevemente la rebanada en agua y la calentamos 7 minutos a 220 °C. Resultado: base crujiente, borde suave y queso perfectamente fundido. Muy cerca de la pizza recién salida del horno.
La sorpresa: la sartén
La sorpresa del experimento fue la sartén. Solo necesitas una tapa y un par de cucharadas de agua. Calienta la pizza a fuego medio-bajo con la tapa puesta hasta que el agua se evapore y el queso se derrita. El vapor suaviza el borde mientras la base se vuelve crujiente, sin resecar ni quemar el queso. El resultado es tan bueno que cuesta creer que es pizza recalentada, por lo que según el experimento, este es el mejor método.