Este movimiento, asociado tradicionalmente a los partidos de izquierda, se ha ido extendiendo por el arco parlamentario con la justificación de que defender la presencia de la mujer en la sociedad nada tiene que ver con el espectro ideológico. De hecho, hemos vivido en los últimos días expulsiones de históricas del feminismo de partidos como Izquierda Unida por no ajustarse a la política de la mujer que defiende esta formación.
Sin feminismo no hay democracia, pero lo que está claro es que se puede defender desde muchos puntos de vista y sin radicalismos. La expulsión del Partido Feminista de Lidia Falcón, de la formación que lidera Alberto Garzón, es sólo un ejemplo de ello.
Feminismo, machismo, hembrismo, patriarcado o micromachismo son sólo algunos términos de los que se habla pero, ¿tenemos que situarnos siempre dentro de un concepto? O ¿sólo cabemos nosotras dentro del movimiento? Francesc Núñez, sociólogo de la Universidad Abierta de Cataluña
Luego está el terreno político, enfrentado con la ley de libertad sexual y el concepto del feminismo entre los partidos pero donde es más que necesario que nunca, a juicio de Falcón…Y a la pregunta: ¿Se puede ser feminista y de derechas?
En cuanto a las cuotas en empresas y sectores de la sociedad…Lo que hay que tener claro, dicen, es que no se puede hacer por imagen. “Yo respeto a las feminazis, pero que nos respeten a todas”, decía esta semana la actriz Candela Peña, y dejaba esta reflexión
Hay muchas formas de defender los derechos de la mujer, está claro, como también que la división entre el feminismo histórico y el llamado transfeminismo, nacido al calor del 15-M y amparado por Unidas Podemos, o el hecho de sacar leyes sin la claridad necesaria, no hace sino perjudicar al movimiento a favor de la igualdad