Entrevista en Más de uno

'Un país en la pantalla': Un viaje por España a través del cine y la televisión

Raquel Piñeiro presenta en Más de uno el libro en el que repasa la gama de aspectos culturales e históricos de España por medio de los países visuales que han servido de escenarios cinematográficos.

Samuel Portillo

Madrid |

El cine ha sido una herramienta clave para construir la imagen de España dentro y fuera de sus fronteras, pero también para transformar su territorio, su economía y su memoria colectiva. Esa es una de las ideas centrales que ha defendido la periodista, editora y creadora de pódcast Raquel Piñero en una entrevista en Más de uno, donde ha conversado con Begoña Gómez a propósito de su libro 'Un país en la pantalla', España a través del cine y las series.

Durante la charla, Piñero recordó el reciente homenaje celebrado en Las Palmas de Gran Canaria con motivo del 70 aniversario del rodaje de Moby Dick en la isla. Un acto que reconoció a 70 participantes locales, entre ellos los 40 carpinteros que construyeron la emblemática ballena de 25 metros y cien toneladas. El Ayuntamiento, con el asesoramiento del cineasta Luis Roca, ha editado además una guía con fotografías y testimonios que documentan el impacto social y económico de aquel rodaje.

Canarias, junto a la Costa Brava o Alicante, las precursoras

Ese episodio, explicó la autora, es uno de los más paradigmáticos del desembarco de grandes producciones internacionales en España. Canarias, junto a la Costa Brava o Alicante, fue uno de los primeros territorios en acoger cine de Hollywood y hoy sigue siendo uno de los destinos más atractivos para los rodajes gracias a sus paisajes y a los incentivos fiscales.

En la entrevista, Piñero subrayó el papel fundamental de productores como Samuel Bronston, impulsor de superproducciones como 'El Cid' o 'La caída del imperio romano'. Aunque su etapa en España fue breve, dejó una huella duradera. "No solo fue una inyección económica directa, también permitió que mucha gente soñara y que se empezara a crear una industria", señaló. Miles de personas trabajaron como extras, cobrando en un día más de lo que ganaban en una semana.

Entre esas historias curiosas destacan nombres hoy imprescindibles de la historia reciente, como Adolfo Suárez, que participó como figurante en 'Orgullo y pasión', o Miguel Delibes, cuya escena en 'Mister Arkadin', de Orson Welles, fue eliminada en el montaje final, provocándole una gran decepción.

La autora también abordó las contradicciones políticas de aquellos rodajes. Muchos cineastas y artistas estadounidenses llegaron a la España franquista huyendo de la caza de brujas del macartismo. Un caso especialmente llamativo fue el de Orson Welles, que terminó instalándose en España durante años y pidió que sus cenizas descansaran en Ronda. "Si tenías dinero y prestigio, el franquismo hacía la vista gorda", explicó Piñero.

Otro de los ejes de la conversación fue la evolución del cine rural, desde 'La aldea maldita' hasta 'Alcarràs', dos películas separadas por casi un siglo pero unidas por un mismo conflicto: la dificultad de vivir de la agricultura. Piñero destacó cómo el cine ha pasado de retratar el mundo rural como un espacio de tragedia y atraso a convertirlo en un escenario más, sin condescendencia, donde se cuentan historias universales.

La entrevista también puso el foco en la relación entre cine y turismo. Desde rutas como las de 'Amanece que no es poco' o el cementerio de Sad Hill de 'El bueno, el feo y el malo', reconstruido por los vecinos, hasta producciones recientes de Bollywood o Corea del Sur que ruedan en España gracias a acuerdos institucionales y generan millones de visualizaciones en plataformas digitales. “Lo local funciona muy bien a nivel global”, defendió Piñero.