La Agencia Nacional de Frecuencias de Francia (ANFR) recibió una queja por parte de una operadora de telefonía móvil que presta servicio en Francia. ¿El motivo? Una de las antenas que se encuentran en la ciudad de Messanges dejó de funcionar durante varios días seguidos. Hasta ahí, nada que no hubiera sucedido en alguna ocasión. Sin embargo, un detalle les hizo sospechar que había algo extraño detrás: la antena siempre había dejado de funcionar desde la medianoche hasta las 3 de la madrugada.
El culpable: un padre harto de sus hijos adictos a Internet
Según explica la radio francesa ANFR, cuando el Servicio Regional de Toulouse de la ANFR comenzó su investigación, acudieron a la pantalla que analiza el espectro de ondas para ver cómo se comportaba y a partir de medianoche, el gráfico reveló una forma característica. Los técnicos llegaron a la conclusión de que alguien estaba usando un inhibidor de frecuencia, cuyo uso está prohibido en Francia.
Cuando uno de los investigadores siguió el rastro de la señal, llegó a una casa que se encontraba en un pueblo vecino cerca de la costa. A las 01:30 horas se identificó el origen de la señal ahí, pero como la Policía Judicial no estaba presente, tuvieron que dejar la operación para el día siguiente, cuando por fin pudieron conocer qué estaba sucediendo.
El propietario de la casa, un padre de familia, reconoció que estaba usando un inhibidor de frecuencias que había comprado para bloquear Internet. ¿El problema? Que el aparato que compró era un inhibidor multibanda de gran potencia capaz de neutralizar tanto la telefonía móvil como la red Wifi.
Cuando le preguntaron el motivo por el cual únicamente lo utilizaba por la noche, el hombre confesó que lo había instalado para evitar que sus hijos adolescentes accedieran a Internet con su móvil en lugar de quedarse dormidos. Al parecer, sus hijos se habían vuelto adictos a las redes sociales y otras app, sobre todo, a raíz del confinamiento impuesto por la epidemia de Covid-19.
Las posibles consecuencias a las que se enfrenta el padre
Una solución efectiva, sí, pero radical y desproporcionada, además de ilegal, informa la ANFR, porque el equipo no sólo bloqueó Internet en su casa, sino que interrumpió también toda la red de telefonía e Interne móvil en el área alrededor de su casa, privando de conexión no sólo a sus hijos, sino también a sus vecinos y algunos habitantes de la ciudad vecina.
A día de hoy, el padre se enfrenta a un proceso judicial por tenencia y uso ilícito de un inhibidor de frecuencia, algo ilegal en Francia, así como a una sanción penal de 6 meses de prisión y 30.000 euros de multa. El técnico de la ANFR además de exigirle apagar el inhibidor y no volver a usarlo, recordó al propietario el estado de la norma. Además, tuvo que pagar un impuesto de intervención de 450 euros.