CÁNCER

Una paciente en fase terminal se casa en la planta de oncología del Ramón y Cajal

Un médico del hospital madrileño ha narrado la boda en un emotivo hilo de Twitter.

ondacero.es

Madrid | 10.04.2022 13:53

Hospital Ramón y Cajal de Madrid
Hospital Ramón y Cajal de Madrid | Agencia EFE

Una joven de 31 un años con cáncer terminal ingresada en el Ramón y Cajal se ha casado este sábado en la planta de oncología del hospital madrileño.

"Boda en la planta de Oncología. K, 31 años, ingresada en la fase final de una enfermedad cruel y caprichosa". Así empieza el hilo de Twitter con el que un médico residente del hospital ha dado a conocer esta emotiva historia que se ha hecho viral en pocos días.

Víctor Albarrán describe en esta red social cómo fue la boda de esta paciente y los sentimientos que le despertaron, para terminar con una bonita reflexión sobre lo fugaz que es la vida y la importancia de aprovechar cada instante como si fuera el último.

"K, 31 años, ingresada en la fase final de una enfermedad cruel y caprichosa. De esas personas con las que empatizas más de lo que deberías. De ésas que te sonríen y no sabes si te lo mereces, ni de dónde sacan fuerzas", comienza explicando el médico.

"De ésas que te dicen 'estoy en sus manos' y te dejan un dolorcito en el pecho por no poder hacer más. O un nudo en la garganta, o yo qué sé… '¿Está casado, doctor? Si no, le quiero dar el ramo', me decía la novia. '¿Le puedo abrazar, doctor?', me decía su madre".

"Mientras varios calmantes para aguantar 1 minutito más de pie les permitían hacerse la foto de familia. Estaban guapísimos ('podría haber cogido al menos una bata nueva'). Con una mezcla de emoción, por ver la ilusión cumplida, y tristeza por el dónde, el cuándo y el cómo", continúa relatando Víctor.

"En el despacho de médicos sonaba (por azar) la canción de Los Secretos que dice 'hoy he soñado con otra vida, con otro mundo, pero a tu lado…' Y yo, que llevo bastante bien casi todo (casi siempre), he tenido uno de esos momentos en los que se te cae el mundo", confiesa el oncólogo

"Se te cae el techo de ese sitio en el que día a día trabajas al filo de todo, sin tiempo para pensar que tu rutina está siempre en el momento extremo de alguna vida. En el que cada gesto que hagas y cada puta palabra que digas se quedarán grabadas en la cabeza de alguien".

Para acabar el relato, que ya cuenta con más de 73.000 me gusta, Víctor escribe la siguiente reflexión: "Vivid mucho y muy fuerte, disfrutad de cada momento insignificante. Decid eso que tengáis que decir. Perdonad y pedid perdón. Reíd todo lo que podáis. No os enfadéis por gilipolleces. Recordad a K radiante y sonriendo bajo su sonda nasogástrica. Y amad mucho y muy fuerte, que eso siempre nos quedará… por feas que se pongan las cosas".