Muere William Goldman, autor y guionista de 'La princesa prometida'
El escritor y guionista William Goldman, ganador de dos Óscar por "Dos hombres y un destino" y "Todos los hombres del presidente" y autor de "La princesa prometida", falleció la pasada madrugada en su casa del barrio neoyorquino de Manhattan.
Goldman murió a los 87 años "rodeado de su familia y amigos" después de que su salud, delicada desde hace un tiempo, empeorara desde finales del verano, según informaron fuentes familiares al medio especializado en cine Deadline.
Nacido en Illinois (EE.UU.) en 1931, Goldman comenzó su carrera como novelista pero después se dedicó también a firmar guiones. Fue galardonado con dos estatuillas de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de EE.UU. por su trabajo en "Dos hombres y un destino" (1969) y "Todos los hombres del presidente" (1976).
Sin embargo, una de sus obras más conocidas es "La princesa prometida", un libro publicado en 1973 y llevado a la gran pantalla en 1987, con guion de Goldman.
Protagonizada por Robin Wright y Cary Elwes, la historia de princesas y malvados con muchos toques de humor no tuvo una gran acogida en el momento de su estreno, pero se convirtió rápidamente en un título de culto.
Y generación tras generación, el filme ha seguido cosechando éxito con las aventuras de Buttercup (Wright) y de su amado Westley (Elwes), rodeados de personajes tan dispares como Fezzik el Gigante (André el Gigante), Vizzini (Wallace Shawn) y, sobre todo, Íñigo Montoya, interpretado por Mandy Patinkin.
De Montoya es una frase salida de la pluma de Goldman y que se ha convertido en una de las más repetidas y reconocibles del cine: "Hola, me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre. Prepárate a morir".
El último trabajo de Goldman en un largometraje fue en 2015 con la película de Simon West "Jugada salvaje", tras haberse dedicado a adaptar algunas novelas de Stephen King para la gran pantalla, como "Corazones en la Atlántida" (2001) o "El cazador de sueños" (2003), así como la famosa "Misery" (1990), que le valió el Óscar a mejor actriz a la estadounidense Kathy Bates.
Además, el novelista también es autor de una obra autobiográfica titulada "Las aventuras de un guionista en Hollywood", que narra el funcionamiento de la industria cinematográfica de los setenta y ochenta y que cuenta los entresijos del negocio de los guiones.