Ambas frutas pertenecen a la misma familia: Cucurbitaceae. Las sandías suelen requerir una temporada de crecimiento larga y cálida y un suelo ligeramente ácido y bien drenado. Los melones requieren las mismas condiciones de cultivo Y destacan por sus variedades, ya que no es el nombre de una fruta determinada, sino el nombre de un grupo de frutas. De ahí que sus variedades sean amplias, siendo los tipos más comunes la casaba, el cantalupo, el melón gaia, el melón canario, el melón de invierno, el melón snap y el melón honeydew.
Tanto el melón como la sandía son densos en agua y contienen más o menos la misma cantidad, alrededor del 91,8% para el melón y el 91,4% para la sandía por 100 g por lo que son una excelente opción para mejorar nuestra hidratación.
Calorías y valores nutricionales
El contenido calórico de ambas frutas es extremadamente bajo y casi igual. El melón contiene 36 kcal y la sandía 30kcal por 100g. Por tanto, no hay prácticamente diferencias entre ambas frutas en cuanto al impacto calórico aunque el melón está ligeramente por encima. El melón contiene 5,69 g de azúcares totales por 100 g, mientras que la cifra de la sandía es ligeramente superior, unos 6,2 g por 100 g. La sandía contiene más fructosa que sacarosa o glucosa.
El melón contiene 1,11g de proteínas por 100g, lo que es ligeramente superior al de la sandía, cuyo contenido en proteínas es de 0,61g por 100g. Sin embargo, el melón contiene un contenido total de lípidos ligeramente inferior, 0,1g por 100g, mientras que la sandía contiene 0,15g por 100g.
Ambos alimentos tienen un bajo contenido en hidratos de carbono; el melón contiene 6,58g por 100g, y la sandía 7,55g por 100g. Ambas frutas son relativamente bajas en azúcares. El melón es más rico en fibra. Contiene 0,9 g de fibra por 100 g, mientras que la sandía sólo contiene 0,4 g por 100 g.
Ambas frutas son buenas fuentes de vitaminas. Mientras que el melón carece de vitamina A, vitamina B1 y vitamina B5, es rico en vitamina C, vitamina B6 y una excelente fuente de vitamina K. Por otro lado, la sandía es rica en vitamina A, vitamina B1 y vitamina B5. Ambas frutas carecen de vitamina D y son iguales en contenido de vitamina E.
El melón es más rico en minerales. Contiene 0,34 mg de hierro, 11 mg de calcio, 182 mg de potasio y 0,06 mg de cobre por cada 100 g. Al mismo tiempo, la sandía contiene más zinc (0,1mg) y fósforo (11mg por 100g) y es más baja en sodio, con 1mg por 100g.
Buenas opciones para pérdida de peso
Como estas frutas son ricas en agua y bajas en calorías, ambos alimentos pueden influir positivamente en la pérdida de peso en general. Además, con moderación, ambas frutas pueden ser opciones a considerar para la dieta ceto, ya que las cantidades totales de carbohidratos son bastante bajas en la sandía y el melón.
En el estudio realizado en 2019, científicos compararon las galletas bajas en grasa y las sandías. La investigación demostró que la sustitución de galletas bajas en grasa por sandía aumenta la saciedad hasta 90min después de su consumo. Además, el consumo de sandía a corto plazo ayudó a reducir el peso corporal.
Beneficios de su consumo
Los estudios demuestran que el consumo de sandía puede disminuir la presión arterial sistólica, especialmente en individuos obesos. Debido a los compuestos antioxidantes de la sandía, aumenta el potencial antioxidante del organismo.
Además, el consumo de sandía reduce los niveles de colesterol y mejora los perfiles lipídicos. La sandía contiene un compuesto llamado licopeno que es conocido por sus numerosos beneficios para la salud, incluida la salud cardiovascular. Los autores afirman que, junto con las vitaminas A, B6, C, magnesio y potasio, el licopeno presente en las sandías reduce los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.
Debido a las capacidades antioxidantes de la sandía, especialmente el compuesto licopeno, esta fruta es una buena opción a tener en cuenta tanto para las personas que están diagnosticadas de diabetes como para las que quieren prevenirla.