Una vez se llega a la jubilación y se pierde la actividad diaria y el estrés que genera el trabajo, muchas personas se sienten vacías, como si les faltase algo. No es para menos, puesto que han entregado más de la mitad de su vida a trabajar y en según qué sectores se hayan desarrollado el desgaste será aún mayor tanto a nivel físico como mental.
Es por ello que los expertos recomiendan que se desarrollen hobbies o se realicen actividades que faciliten la estabilidad y no agraven el efecto que tiene el deterioro del tiempo sobre nosotros. Las que se suelen sugerir son aquellas que incluyen la movilidad o el desarrollo cognitivo. Es por ello que no es extraño ver a nuestros mayores paseando constantemente o yendo a la compra o haciéndose cargo de sus nietos. No obstante, se recomienda que sean actividades que no creen una rutina, que rompan la monotonía.
El efecto positivo que estos hobbies pueden tener sobre nosotros son muy variados, pero está demostrado que pueden evitar la ansiedad, la depresión, los problemas de sobrepeso o cardiovasculares y permiten que se fomente la creatividad, el bienestar físico y mental o tener una buena autoestima.
¿Cuál es el mejor hobby para los jubilados?
Puede sorprender a algunos por su obviedad, pero lejos de caminar o ver obras, la mejor afición que pueden desarrollar los mayores es la cocina. Es cierto que puede parecer muy típico, pero no se trata de cocinar los mismos platos de siempre, sino experimentar con los sabores, texturas y presentaciones, lo que permitirá desarrollar la imaginación y la capacidad para innovar.
Además, al margen de degustar un buen plato y que nuestros seres queridos disfruten, la ciencia ha demostrado que tiene beneficios como la experiencia multisensorial, el desafío y el aprendizaje, la expresión personal, la mejora del bienestar, la búsqueda de inspiración constante o la mejora de la autoestima.