Los rectores ratifican su acuerdo para no implantar las nuevas carreras de tres años hasta 2017, ya que quieren esperar y estudiar bien las consecuencias del llamado decreto 3+2. Ahora la novedad es que este acuerdo se vuelve vinculante para todos, a pesar de que una decena de universidades querían implantar los nuevos grados en septiembre.
El presidente de la CRUE, Segundo Píriz, avisa de que los "campus que no cumplan podrían ser expulsados de la Conferencia de Rectores". La moratoria admite una excepción: las universidades pueden ofertar ya carreras de tres años que sean totalmente nuevas, es decir, que no tengan nada que ver con las que existen.