Dos días ha durado esta Conferencia Episcopal tras la que los obispos han condenado rotundamente los abusos a menores, así como la cultura que los fomenta o justifica. "Un grave problema que afecta a toda la sociedad, también a la Iglesia", han dicho.
Los religiosos piden perdón a las víctimas, así como a todas aquellas personas a las que "el conocimiento de estos hechos ha escandalizado y ha hecho tambalear su confianza en la Iglesia".
Por ello, se han comprometido a esclarecer todo lo sucedido, a eliminar cualquier tipo de tolerancia o encubrimiento y ayudar a las víctimas en su restablecimiento.