Los implicados iniciaron la fiesta en la cafetería del convoy, pero la Policía se vio obligada a intervenir en Córdoba para expulsarlos por alteración del orden público. Previamente el revisor les pidió que respetaran al resto de pasajeros.
Por ello, el tren llegó a su destino con 20 minutos de retraso, lo que obligó a la compañía a indemnizar a los viajeros con el reintegro de la mitad del precio del billete.