Porque el calor de 2017 secó pronto las gramíneas, rebajando la intensidad de la alergia. Este año, el frío ha retrasado el polen de ciprés y arizónica, que están por llegar. Después, llegarán las gramíneas, que afectarán a todo el interior y suroeste peninsular, con máximos en Toledo y Sevilla.
Según el presidente de los alergólogos españoles, Joaquín Sastre, se espera una primavera de "intensidad moderada".
La estimación es de unos 5.000 granos de polen por metro cúbico de aire. Los ocho millones de alérgicos españoles, seis de ellos a las gramíneas, vivirán algo mejor si la primavera es muy lluviosa o muy calurosa.
Los alergólogos calculan que en 2030 uno de cada cuatro españoles será alérgico al polen. La vacuna es la principal herramienta terapéutica contra esta dolencia.