ARTE CONTEMPORÁNEO

Un Klimt se convierte en el cuadro más caro subastado en Europa al venderse por 99 millones de euros

En el lienzo aparece una mujer de la que nunca se ha conocido el nombre y es el último retrato de Gustav Klimt.

ondacero.es

Madrid | 28.06.2023 18:00

'Dama con abanico' de Klimt
'Dama con abanico' de Klimt | SOTHEBY'S

La pintura "Dame mit Facher" ("Dama con Abanico") en la que aparece una mujer de la que nunca se ha conocido el nombre, es el último retrato que pintó el austríaco Gustav Klimt antes de su inesperada muerte en 1918, justo cuando este se encontraba en la etapa artística más prolífera de su carrera.

Cuando la obra fue encontrada todavía estaba sobre un caballete en el estudio de Klimt donde el artista murió con 55 años, en Viena. Por la historia que le precede y porque según los especialistas de la casa de subastas, la obra aúna "toda la destreza técnica y la exuberancia creativa" este martes se ha vendido durante una sesión dedicada al arte moderno y contemporáneo por 85,3 millones de libras (99,2 millones de euros) en la casa Sotheby's de Londres.

La obra se ha convertido en la más cara que se ha subastado hasta el momento en Europa marcando un nuevo récord para el artista. "Dama con Abanico" ha superado el récord que mantenía hasta ahora la escultura de Alberto Giacometti "Walking Man I", que en 2010 se subastó por 65 millones de libras (75,5 millones de euros, al cambio actual) y se mantenía hasta ahora como la obra más valorada en una subasta europea.

La formalidad de sus trabajados más tempranos, que habían sido hechos por encargo, dio paso a una nueva expresividad, a una inmersión en los motivos, el color y la forma aún más profunda y más alegre

Los propietarios del cuadro

Klimt comenzó a trabajar en el retrato en 1917, cuando ya era uno de los retratistas más celebrados del continente. "Este es un trabajo singular que pintó completamente en busca de sus propios intereses", señala Sotheby's, que observa la obra como un "reflejo de la alegría que le provocaba pintar a Klimt" y una "celebración de la belleza en su forma más pura".

El lienzo, que formaba parte de una colección privada desde 1994, según la información facilitada por Sotheby's, perteneció al industrial vienés Erwin Bohler, luego a su hermano y a la viuda de este último hasta la década de 1940. Mucho más tarde, en 1988, fue propiedad del empresario y mecenas estadounidense Wendell Cherry.