Una jueza de Martorell (Barcelona) ha reabierto la investigación por la muerte del empresario Isak Andic, el propietario de la cadena de moda Mango. Según los Mossos d'Esquadra, la muerte del empresario fue accidental. Andic cayó desde 150 metros de altura en una excursión en Collbató (Barcelona) cuando iba con su hijo mayor Jonathan el pasado 14 de diciembre.
Al no ver indicios de delito, la jueza ha reabierto el caso, según ha adelantado El Periódico y han confirmado a EFE fuentes judiciales, aunque en enero acordó el sobreseimiento provisional de las diligencias debido a que el informe de los Mossos apuntaba a que la muerte había sido accidental.
Las mismas fuentes han explicado que no es raro que en ocasos parecidos, después de un archivo provisional, el juzgado reabra la causa para incorporar ampliaciones de atestados o resultados de pruebas toxicológicas.
Los Mossos han continuado recabando pruebas
Aunque los Mossos sostienen como principal hipótesis de la muerte la caída accidental, han continuado recabando pruebas en las últimas semanas: han analizado el teléfono de Andic y han tomado declaración a otros testigos que se encontraban en la zona. De hecho, las declaraciones de su hijo han resultado incongruentes, según las propias fuentes.
En el momento de la muerte, los Mossos le interrogaron a él y también a otros familiares. Una vez conocida la autopsia, la policía remitió un informe a la jueza descartando cualquier indicio que posibilitara que fuera un homicidio.
Isak Andic nació en 1953 en Estambul (Turquía) y era el máximo accionista de Mango, así como su presidente no ejecutivo. Se mudó a Cataluña a los 14 años y empezó a desarrollar su carrera. A los 17 ya vendía ropa y calzado en mercadillos y poco tardó en abrir tiendas de ropa vaquera.
40 años después de abrir su primera tienda se situó en el puesto 5 de la lista Forbes de las mayores fortunas de España. En concreto, era el hombre más rico de Cataluña. Se estima que su patrimonio rondaba los 4.500 millones de euros.