buscan un puerto seguro

Italia y Malta se desentienden de los 60 migrantes rescatados por la ONG 'Open Arms'

La ONG española Open Arms rescató a 60 inmigrantes en el Mediterráneo central y se encuentra a la espera de autorización para desembarcar en puerto seguro después de que Italia y Malta, las costas más próximas, hayan reafirmado su decisión de no acoger barcos humanitarios.

ondacero.es

Madrid | 30.06.2018 19:23

Barco de la Guardia Costera y de Proactiva Open Arms
Barco de la Guardia Costera y de Proactiva Open Arms | EFE/Archivo

El rescate se produjo en torno a las 11.00 locales (9.00 GMT) en aguas internacionales frente a Libia, cuando dos naves de Proactiva, la Astral y la Open Arms, avistaron una balsa neumática en la que viajaban hacinados numerosos inmigrantes, entre ellos niños.

En total eran sesenta: 8 palestinos, 8 de Sudán del Sur, 3 de Mali, 5 sirios, uno de Burkina Faso, otro de Costa de Marfil, 4 eritreos, 8 egipcios, 3 de República Centroafricana, 2 de Camerún, 2 etíopes, 6 libios, 8 de Bangladesh y un guineano.

Una de las portavoces de la organización, Laura Lanuza, indicó a que la nave se ha puesto en contacto con los centros de coordinación de salvamento de Italia y Malta, que han negado el desembarco, por lo que mantienen contacto con España para que les sea asignado un puerto.

Sin embargo, subrayó, por el momento no se tiene información de dónde atracarán las naves, que han puesto rumbo norte en el Mediterráneo a la espera de recibir instrucciones.

Una vez más, como en los casos pasados del Aquarius o del Lifeline, no será Italia el país que los reciba.

El ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, dijo en Facebook que las naves de Proactiva "pueden olvidarse de llegar a un puerto italiano", después de acusar a la ONG de entrometerse en una operación que podrían haber ejecutado los guardacostas libios.

"La nave Open Arms, de una ONG española con bandera española, se ha precipitado hace poco a por una patera y, antes de intervenir un barco libio en la zona, se apresuró a embarcar a 50 inmigrantes", señaló.

El nuevo ministro, muy crítico con las ONG, a las que acusa de fomentar la inmigración irregular de la que se enriquecen las mafias del Estado fallido libio, abogó por acabar con ese problema: "cuantas menos personas zarpen, menos personas mueren", apuntó.

Y volvió a desentenderse de su acogida al señalar que la patera se encontraba en la zona de Búsqueda y Rescate (SAR, en inglés) de Libia y que el puerto seguro más próximo era Malta.

Sin embargo Malta también ha cerrado sus puertos a las ONG tras el caso de la nave de la organización alemana Lifeline, a la que permitió el acceso el pasado miércoles con 233 inmigrantes tras seis días a la deriva en alta mar por la férrea negativa de Italia.

Por eso, el ministro de Interior y Seguridad Nacional maltés, Michael Farrugia, salió al paso de las declaraciones de su homólogo italiano y le pidió que "deje de difundir noticias incorrectas implicando a Malta sin razón alguna".

Para desmentir a Salvini, el laborista Farrugia difundió en su cuenta de Twitter un mapa para "aclarar" que el rescate de Proactiva se produjo entre Libia y la isla italiana de Lampedusa, siendo esta el puerto seguro más cercano y no el archipiélago maltés.

En cualquier caso, Proactiva ha sido el objetivo de las medidas del nuevo Gobierno italiano del Movimiento Cinco Estrellas y la Liga y el líder de esta última formación xenófoba, Salvini, avanzó que negará también el aprovisionamiento a las naves de las ONG.

El ministro de Infraestructuras, Danilo Toninelli, del Cinco Estrellas, dispuso el viernes la prohibición de acceder a un puerto italiano a la nave Open Arms de Proactiva "por motivos de orden público", después de rectificar pues en un principio la medida se dirigía a la otra nave, la Astral.

En esta última viajan los eurodiputados españoles Miguel Urbán, de Podemos; Javier López, del PSOE; Ana Miranda, del Bloque Nacionalista Gallego, y la italiana Eleonora Forenza, de Refundación Comunista, testigos de lo que ocurre en el Mediterráneo.

Entretanto, en tierra firme, Salvini, cuyo auge político deriva en gran medida a sus duras críticas a la gestión del flujo migratorio, mantiene este pulso con el objetivo de cortar las llegadas desde Libia, país con el que ya el pasado Gobierno de centroizquierda estableció acuerdos con el mismo fin.

Sin embargo en estos momentos los desembarcos de inmigrantes en el país ha caído enormemente tras años de llegadas masivas: en lo que va de año, hasta el 28 de junio, se acogió a 16.566 inmigrantes, un 79,07 % menos que en el mismo periodo del 2017, según Interior.