Con este informe se confirma que se pudieron tomar medidas preventivas antes del 11 de marzo y que el accidente ocurrió porque TEPCO no las tomó al actuar "por interés propio" sin tener en cuenta la seguridad pública. Carlos Bravo, experto en energía nuclear de Greenpeace, afirma que existían problemas de organización y formación y que muchos operarios se veían obligados a trabajar "con linternas como única fuente de luz". Además, la"respuesta lenta" también se cita como una de las causas de la catastrofe en esta investigación.Eso sí, revela el documento que la rapidez de los que limpiaron los escombros impidió que la situación fuera todavía más grave en los reactores 2 y 3.