INCENDIOS

Los incendios de 2025 en cifras históricas: el territorio calcinado abarca casi el tamaño de la isla de Mallorca

Con casi 350.000 hectáreas calcinadas, 2025 se perfila como uno de los años con mayor superficie afectada por incendios en España desde que comenzaron los registros en 1968.

Rafa Sanz del Río

Madrid |

Una ola de incendios afecta a Galicia: As Neves, Salceda o Ponteceso. (Incendio Ponteceso)
Una ola de incendios afecta a Galicia: As Neves, Salceda o Ponteceso. (Incendio Ponteceso) | Gustavo de la Paz / Europa Press

España está viviendo un verano devastador en cuanto a incendios forestales se refiere, con una superficie calcinada que casi alcanza las 350.000 hectáreas en lo que va de año. Esta cifra sitúa a 2025 como uno de los años con mayor afectación por incendios desde que existen registros oficiales, que datan de 1968. Para comprender la magnitud de esta catástrofe, basta pensar que el territorio quemado equivale a casi toda la isla de Mallorca o a casi seis veces la extensión del municipio de Madrid.

Histórico de incendios: cifras alarmantes que baten récords

Desde finales de los años 60, España ha experimentado episodios más o menos graves de incendios, pero solamente en algunos años específicos se han alcanzado cifras tan alarmantes como las actuales. El récord histórico corresponde a 1985, cuando se quemaron más de 486.000 hectáreas, seguido por 1978 y 1994, que fueron años especialmente críticos por la cantidad y la intensidad de los fuegos.

En particular, 1994 marcó un hito con una oleada de los denominados por entonces como "superincendios" que arrasaron cerca de 430.000 hectáreas, lo que dejó un impacto duradero en la gestión y políticas de prevención contra incendios en España, y que tuvo consecuencias devastadoras para la agricultura y la ganadería.

Escala territorial: ¿a qué equivalen 350.000 hectáreas quemadas?

La superficie calcinada en 2025, según las últimas estimaciones satelitales y datos oficiales, representa alrededor de 3.500 kilómetros cuadrados quemados. Esto equivale casi al 96% de la superficie de Mallorca o alcanza más del 115% del tamaño de la provincia de Álava, regiones que en conjunto suman una extensión significativa del territorio nacional.

Para entender mejor la escala, bastaría con imaginar cinco veces el tamaño de Madrid o tres veces el de Zaragoza siendo consumidos por las llamas.

Impacto y dimensiones del desastre: más allá de los números

La importancia de estos datos va más allá de los números. El impacto ambiental, social y económico de quemar una extensión tan amplia es inmenso. Los ecosistemas forestales tardan décadas en recuperarse completamente, y la pérdida de masa vegetal afecta directamente a la biodiversidad, la calidad del aire, la conservación de suelos y la regulación del ciclo hidrológico.

Además, los incendios ponen en riesgo las vidas humanas y generan evacuaciones masivas, como las que han sufrido en numerosas localidades de Castilla y León, Galicia o Cáceres, y provocan daños en infraestructuras y afectan a la economía local, especialmente en sectores como el turismo y la agricultura.

El peso del cambio climático y los factores agravantes

Este fenómeno está siendo agravado por las condiciones climáticas extremas. Las olas de calor prolongadas, las sequías acumuladas y vientos intensos como los que empeoraron el incendio de Tarifa favorecen la propagación rápida de las llamas, dificultando las labores de extinción y aumentando la peligrosidad de los incendios. La tendencia al aumento de estos eventos concordaría con los efectos del cambio climático, que acentúa los episodios extremos y prolonga las temporadas de riesgo.

A esto además se suman los incendios provocados, que según datos oficiales el 95% tienen origen humano, y este mismo año ya hay varios detenidos por provocar incendios de forma premeditada.

Necesidad urgente de reforzar políticas y prevención

Estos datos ponen de manifiesto la urgente necesidad de reforzar las políticas de prevención y respuesta ante incendios forestales. Esto incluye la gestión sostenible de los bosques para reducir la cantidad de material inflamable, la creación de cortafuegos efectivos, la inversión en tecnología para detección rápida y alerta temprana, y la planificación urbanística que tenga en cuenta la proximidad de zonas forestales y el riesgo de incendios.

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Un reto ambiental, social y de seguridad pública

Los incendios forestales no solo representan un desafío ecológico sino también un reto de seguridad pública y de adaptación a las nuevas condiciones climáticas. Los datos históricos y las cifras actuales evidencian que España debe prepararse para enfrentar una realidad en la que los grandes incendios serán, muy probablemente, una amenaza recurrente y cada vez más intensa.