La investigación comenzó gracias a un ciudadano que avisó a los agentes de la existencia de un vídeo colgado en una red social. Este hombre, de 25 años, se grabó a sí mismo conduciendo a 190 kilómetros por hora, con su hijo de 4 años de pie entre los dos asientos delanteros, sin ningún tipo de retención.
Se le imputa un delito contra la seguridad víal por conducir un vehículo motor con temeridad y por poner en peligro la vida e integridad de las personas.