Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo

Fumar porros es dañino y no es cannabis terapéutico, según los expertos

Los expertos avisan de que fumar porros no es cannabis terapéutico, sino la manera más nociva de consumir esta sustancia, ya que la mezcla con el tabaco aumenta la dependencia y conlleva los mismos riesgos de padecer bronquitis crónica y cáncer de pulmón.

ondacero.es

Madrid |

Una persona fumando un porro | Agencias

Así lo advierten más de cien especialistas del proyecto "Evict (Evidencia cannabis-tabaco)", impulsado desde el CNPT y financiado por el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), con el que pretenden desterrar "los falsos mitos" del consumo dual de ambas sustancias, sobre todo en los 146.000 adolescentes de entre 14 y 18 años que se inician en él cada año.

Y es que "la mezcla de tabaco y cannabis es generalizada en España": la Encuesta Global de Drogas (Drugs Global Survey) sitúa a España a la cabeza de esta combinación, usada por el 80% de los consumidores.

Un porcentaje que se eleva al 86,5% en los jóvenes de entre 14 y 18 años que han fumado un porro en el último mes y al 93,4% entre quienes presentan consumos problemáticos, según la encuesta Estudes del Plan Nacional sobre Drogas.

Lejos de la baja percepción del riesgo de los porros, la realidad es que la velocidad de absorción del tetrahidrocannabinol o THC (principal componente psicotrópico del cannabis por vía fumada), la combustión, el vehículo del humo y la mezcla con tabaco industrial les convierte en la forma "más habitual, más rápida pero también más dañina de acceso" a esta sustancia.

"Tanto la nicotina como el THC producen multitud de interacciones farmacológicas sobre el sistema nervioso central, aparato cardiovascular, respiratorio, digestivo e incluso endocrino que estamos tratando de identificar", apunta la coordinadora del proyecto, Ana Esteban.

El hecho de fumar tabaco y cannabis hace además que ambas sustancias "compartan la misma patología bronco pulmonar, incluida la bronquitis crónica y el cáncer de pulmón".

También se ha detectado una asociación entre consumo elevado de cannabis y un mayor riesgo de aparición de síntomas psicóticos y alteraciones cognitivas.

A nivel farmacológico, la mezcla con el tabaco incrementa la probabilidad de desarrollar adicción y dependencia y disminuye la de abstinencia a largo plazo.

"La adicción al tabaco es el efecto no deseado más frecuente que afecta a las personas consumidoras de cannabis", recalca el informe.

Con todo, el grupo de expertos quiere dejar claro que transmitir a las personas enfermas la idea de que los porros les van a curar es "un fraude sanitario y humano", puesto que "el cannabis, como cualquier droga, tiene su propia carga de enfermedad y de muerte que se dispara por el hecho de fumarla con tabaco".

"El eslogan de 'cannabis mortalidad cero' es repetido por una industria cannábica en expansión y sin regulación legal y esta falacia acaba calando en la sociedad", señala el médico de Salud Pública Joseba Zabala, quien sugiere que una buena pauta de reducción de riesgos en los consumidores es "no mezclarlo con tabaco y no usar mechero".

Lo cual no quiere decir, subraya, que el Grupo ÉVICT no reconozca que el cannabis medicinal y terapéutico "se fundamenta en la evidencia científica", por lo que apuesta por impulsar la investigación en cannabinoides no solo externos de la planta (THC, CBD, CBN, principalmente), sino también en "nuestro propio sistema cannabinoide endógeno y sus interacciones con otros sistemas de neurotransmisión".