Encuesta de la Asociación Española contra el Cáncer

La falta de regulación impulsa el consumo de los vapeadores desechables entre los jóvenes

Los cigarrillos electrónicos o sin combustión, los vapeadores o las cachimbas aumentan su consumo entre los jóvenes y no son tan inocuas como parecen.

Belén Gómez del Pino

Madrid | 19.04.2023 13:45

Una joven fumando
Una joven fumando | Pexels

Los vapeadores son un elemento de moda, popularizado por influencers desde las redes sociales, bajo el amparo de una industria que busca nuevas formas de negocio.

La influencia de los contenidos que los jóvenes siguen en redes sociales está convirtiendo los nuevos productos tabáquicos en una moda y en la antesala del tabaquismo. Lo revela una encuesta de la Asociación Española contra el Cáncer según la cual, nueve de cada diez jóvenes de entre 16 y 21 años ven de forma habitual y hasta casual el uso de dispositivos como vapeadores, cigarrillos electrónicos o sin combustión o pipas de agua en las distintas plataformas, lo que lleva a normalizar su uso y también a infravalorar los riesgos de su consumo.

Frente a ideas como que estos productos pueden ayudar en la deshabituación tabáquica, el estudio de la AECC demuestra que se consumen habitualmente junto al tabaco convencional. Si sumamos el porcentaje de los jóvenes que dicen consumir, al menos una vez al mes, cigarrillos normales (33%) con quienes utilizan los nuevos formatos (39,6%), el resultado es que más de la mitad de los encuestados tienen hábito tabáquico.

Una nueva forma de relacionarse

Llama la atención que los jóvenes tienen una percepción extremadamente social de estos productos. "Se han convertido en un elemento más de moda", dice la Asociación Española contra el Cáncer.

Entre los argumentos esgrimidos para su consumo figuran algunos como que "hace más fácil ligar o hacer amigos, es más fácil dejarlo o no deja olores en el cuerpo y la ropa". Un 38% considera que es "una buena forma de compartir experiencias con amigos". Un 57% dice que estos dispositivos "están de moda".

Esta estrategia comercial, insiste la organización, se ve favorecida por la falta de regulación de estos productos y por el hecho de que el mercado del tabaco convencional haya perdido fuelle. Ahora mismo la industria tabaquera obtiene un 30% de beneficio en la comercialización de los cigarrillos tradicionales, mientras que consigue un 70% en la venta de estos nuevos dispositivos.

Fumar una cachimba equivale a 200 cigarrillos

Tampoco son "tan inocuos como quieren aparentar", explica la responsable de prevención de la AECC, doctora Carmen Ramírez. Aunque la aparición de algunos de estos nuevos dispositivos es reciente (empezaron a usarse en 2016) y por ello no ha habido tiempo de analizar sus efectos a largo plazo, sí existen ya evidencias de daños a corto plazo, "neumonías, problemas pulmonares, empeoramiento de algunas enfermedades preexistentes como asma o infecciones respiratorias, e incluso ha aparecido una nueva enfermedad, llamada evali, caracterizada por una inflamación de los alveolos a causa de la inhalación de aerosoles".

A esto se suma el uso de saborizantes, en principio aprobados para industria alimentaria, pero de efecto desconocido al inhalarse, o la adicción de otros compuestos que no están presentes en el tabaco convencional, "como el propilenglicol o la glicerina vegetal -dice la doctora Ramírez- que nunca se han usado inhalados, que en su forma natural, en frío, no son nocivos, pero cuya degeneración térmica los vuelve peligrosos para la salud".

Y otros efectos, de dispositivos ya conocidos como las cachimbas o las pipas de agua, que aunque no contengan nicotina, calientan la mezcla con carbón, por lo que la inhalación de monóxido de carbono "es similar a consumir, con una sola pipa, 200 cigarrillos convencionales".

El tabaco es responsable de una muerte en España cada 11 minutos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco mata a la mitad de las personas que lo consumen. Cada año, más de 8 millones de personas fallecen en el mundo a causa del tabaco: 7 millones por consumo directo y alrededor de 1,2 millones consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno.

El tabaco causa más de una docena de tumores; es agente causal en el cáncer de pulmón, de cavidad oral, faringe, laringe, esófago, estómago, cuello de útero, vejiga, intestino (colon y recto), riñón, páncreas y próstata, además de la leucemia mieloide aguda. El tabaco es responsable del 22 % de las muertes por cáncer.