El verano español es sinónimo de sol, playa y calor, pero en los últimos años, esa familiaridad se ha transformado en una preocupación creciente. El país se enfrenta a una realidad climática que empuja los termómetros a cotas históricas, pulverizando récords y redefiniendo lo que consideramos "normal". La pregunta ya no es si superaremos los 40 °C, sino hasta dónde puede llegar el calor.
El epicentro de un récord histórico
La fecha está marcada en rojo en la historia climática de España: el 14 de agosto de 2021. Ese día, la localidad de La Rambla, en Córdoba, se convirtió en el punto más caliente registrado en el país, alcanzando la asombrosa cifra de 47,6 °C. Un valor que, tras la exhaustiva validación de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), se reconoce oficialmente como el récord nacional absoluto. No fue un hecho aislado, sino la cúspide de un verano que, como tantos otros recientes, puso a prueba la resistencia del territorio.
El récord de La Rambla no es el único testimonio del calor implacable que azota España. Los datos históricos de la AEMET revelan un patrón preocupante, con eventos extremos que se repiten con una frecuencia alarmante. El Top 10 de temperaturas más altas registradas es un claro ejemplo de ello:
- La Rambla (Córdoba): 47,6 °C (14 de agosto de 2021)
- Montoro (Córdoba): 47,4 °C (14 de agosto de 2021)
- Montoro (Córdoba): 47,3 °C (13 de julio de 2017)
- Alcantarilla (Murcia): 47,0 °C (15 de agosto de 2021)
- Córdoba Aeropuerto: 46,9 °C (14 de agosto de 2021)
- Córdoba Aeropuerto: 46,9 °C (13 de julio de 2017)
- Valencia Aeropuerto: 46,8 °C (10 de agosto de 2023)
- Murcia (Guadalupe de Macisocque): 46,2 °C (15 de agosto de 2021)
- Córdoba Aeropuerto: 46,6 °C (23 de julio de 1995)
- Morón de la Frontera (Sevilla): 46,6 °C (19 de julio de 1967)
Lo que salta a la vista en esta lista es la preponderancia de la provincia de Córdoba, con cinco de los diez registros más altos, consolidándose como uno de los puntos calientes de España. Asimismo, la concentración de fechas a partir del nuevo milenio subraya la tendencia reciente al alza.
El calor sin tregua a lo largo del año
El calor extremo ya no es un fenómeno exclusivo del verano. Los récords de temperaturas máximas por mes en la España peninsular demuestran que las anomalías térmicas se extienden a lo largo de todo el calendario, con algunos ejemplos sorprendentes:
- Enero: 29,8 °C (Alicante, 29-ene-2021)
- Febrero: 33,8 °C (Hellín, 20-feb-1998)
- Marzo: 38,0 °C (Xàtiva, 23-mar-2001)
- Abril: 38,8 °C (Córdoba, 27-abr-2023)
- Mayo: 44,4 °C (Carcaixent, 14-may-2015)
- Junio: 45,2 °C (Sevilla, 27-jun-1965)
- Julio: 47,3 °C (Montoro, 13-jul-2017)
- Agosto: 47,6 °C (La Rambla, 14-ago-2021)
- Septiembre: 45,7 °C (Montoro, 6-sep-2016)
- Octubre: 38,2 °C (Montoro y Sevilla, 1-2 oct 2023)
- Noviembre: 33,2 °C (Coín, 14-nov-2023)
- Diciembre: 29,9 °C (Málaga, 12-dic-2023)
Estos datos muestran cómo meses tradicionalmente más suaves, como octubre, noviembre o diciembre, están experimentando episodios de calor inusualmente elevado, difuminando las estaciones y prolongando la temporada de altas temperaturas.
Veranos más tórridos y olas de calor más largas
Los récords de temperatura no son solo cifras, sino el reflejo palpable de una tendencia global: el cambio climático. Los veranos españoles se han vuelto notablemente más cálidos y las olas de calor más frecuentes y prolongadas. El verano de 2024, por ejemplo, se posicionó como el tercero más cálido registrado, con una temperatura media anual rondando los 15 °C. El año 2015 fue un claro ejemplo de la intensidad que pueden alcanzar estos fenómenos, con una ola de calor histórica que se extendiódurante 26 días.
La concentración de valores por encima de los 47 °C desde 1967, con una clara cúspide en 2021, ofrece una perspectiva histórica reveladora. Si bien existen registros tempranos de temperaturas altísimas en el siglo XIX, como los 50 °C de Sevilla en 1881 o los 51 °C en 1876, estos no están homologados por los estándares de medición modernos, lo que subraya la importancia de los registros actuales avalados por la AEMET.
Provincias como Córdoba y otras andaluzas ya registran temperaturas medias de máximas en julio que rondan los 40 °C en los últimos años (como los 41,4 °C de Montoro en julio de 2015 o los 41,0 °C en julio de 2022). Esta persistencia del calor extremo en las medias mensuales es tan preocupante como los picos absolutos.
Un futuro bajo el sol
Ante este escenario, la AEMET ha intensificado sus alertas y previsiones, y no es para menos. El año 2025 ya ha visto avisos de temperaturas por encima de los 40 °C en las próximas semanas, lo que refuerza la necesidad de políticas de adaptación y gestión del calor extremo. La sociedad española se ve obligada a reevaluar su relación con el clima, desde la planificación urbana hasta las rutinas diarias.
En contraste con los récords de otros países, como los extremos estadounidenses o europeos, España está consolidando su posición en el mapa global de las temperaturas más altas. La Rambla en 2021 no es solo un récord, es un símbolo de una nueva era climática. El desafío es mayúsculo, y la adaptación, una necesidad urgente.
¿Estamos preparados para los veranos que nos esperan? La respuesta dependerá de cómo enfrentemos esta nueva realidad climática y las medidas que adoptemos para proteger a nuestra población y nuestro entorno.

