La DGT dispone de varios métodos para el control del tráfico, aunque casi todos se basan en el uso de cámaras y radares para el control de los excesos de velocidad y otras infracciones comunes. Las carreteras españolas están vigiladas por 2.010 radares fijos, 400 de semáforo, 243 de cinturón y móvil y 167 de tramo.
Cada vez son más las medidas para evitar los accidentes en las vías. En una entrevista para El País el Director General de Tráfico, Pere Navarro, ha confirmado que a partir de verano patrullarán las carreteras motos camufladas, de forma que el motorista que circule al lado podría ser un Guardia Civil. Navarro ha explicado que se vigilarán aquellas zonas más conflictivas "de forma que acabemos con las animaladas".
Son motos de gran cilindrada, normalmente de colores discretos para no llamar la atención, como gris, y tampoco llevan ningún distinto de tráfico para no ser identificadas. Los modelos que ya se han visto son la Honda ST 13000 y la BMW R1150 RT.
Las infracciones que se perseguirán serán aquellas que provocan más accidentes en la carretera. El año pasado murieron por siniestros de tráfico 1.145 personas, con especial incidencia en los motoristas. Los atropellos y los accidentes provocados por el consumo de alcohol y drogas fueron los factores que más se repitieron. Los agentes controlarán este tipo de delitos junto con el uso del teléfono móvil o los excesos de velocidad
En el caso de detectar algún conductor con síntomas, tendrán la potestad de solicitar la presencia de otro equipo para someter a los conductores a las pruebas de alcohol y drogas.
Una iniciativa de 2018
Este sistema de motos "de paisano" no es algo nuevo, ya se pudieron ver el año pasado controlando el tráfico gallego en la principales rutas moteras de la comunidad. Una iniciativa que se puso sobre la mesa en 2018 con Gregorio Serrano al frente de la DGT.